Tipo de Monumento: Torreón
Periodo: Siglo XII
Dirección: A 11 kilómetros de Ciudad Real, frente a Alarcos
Tipo de Monumento: Torreón
Periodo: Siglo XII
Dirección: A 11 kilómetros de Ciudad Real, frente a Alarcos
El antiguo Prado de Galiana se encuentra en la llamada finca de Galiana, a unos 11 kilómetros de Ciudad Real donde conserva su torre en buen estado de conservación aunque restaurada, data del Siglo XII y reformada en el siglo XIV.
Constituía una aldea que conservó su escaso vecindario hasta la invasión francesa. Colonia agrícola con dos casas y 18 habitantes. Ya en tiempos de los Reyes Católicos se pleiteaba sobre la legalidad del adehesamiento de Galiana, efectuado con permiso de Juan II.
En el conjunto de la finca Galiana sobresale la llamada torre fuerte. Su planta rectangular, de 16,30 por 8,15 metros, consta de tres plantas y está construida con mampostería y cadenas de sillares en los ángulos. La planta baja, que tiene acceso directo desde el exterior mediante una puertas con arco de medio punto sobre la que se encuentra la piedra armera de los Treviño, fue construida en capilla dedicada a San Isidro. El Salón del Moro se extiende en la primera planta, cubierto de alfarje y ventana de doble arco adornada con columna central y alfiz. De la planta superior no se conoce uso, pero de ella parte una estrecha escalera que permite el acceso a la cubierta de la torre almenada: en fachada presenta una ventana como la del piso inferior con arcos ligeramente apuntados o conopiales.
La casa solariega, que sigue el modelos de las edificaciones rurales al uso, debió ser construida entre los siglos XVIII Y XIX. Consta de zona residencial a lo largo de la crujía adosada al torreón y fachada principal articulada por ocho vanos distribuidos simétricamente en las dos alturas. Su elegancia se ve realzada por su orientación hacia el este, su encalado, las rejas de forja decimonónicas y la cercanía de la torre rompe con la horizontalidad de la crujía. Se accede al interior por medio de un zaguán que da a las galerías cubiertas que se abren al patio central. Dependencias destinadas a la labranza y el mantenimiento venían a completar la ordenación del edificio.
Bañada por el río Guadiana, era un lugar de pastos altos.
En el Quinientos eran clásicos los mayorazgos ciudarrealeños, gracias a las disposiciones de las Leyes de Toro, como eran los Galiana.
La zona fue escenario de la luchas fronterizas entre cristianos y musulmanes desde finales del siglo XI, toma de Toledo por Alfonso VI en el año 1085, hasta principios del siglo XIII, con la victoria de Alfonso VIII en la Navas de Tolosa en 1212. Destaca dentro de la finca el torreón, que fue construido al amparo de las edificaciones estretégicas levantada en el campo de Calatrava, sobre el vado del Guadiana.
La Galiana permaneció en manos de los Treviño, y en las de los Maldonado desde 1755, hasta 1875, cuando fue confiscada por el gobierno de Alfonso XII, al negarse don José Joaquín Maldonado y Rosales a jurar la Constitución, pues era carlista e incluso había sido nombrado por Carlos VII, conde de Galiana. Fue vendida en subasta pública y adquiridos algunos terrenos y el molino por la familia Ayala, y la cada y el resto de la tierras por don Celestino Barreda. Tuvo como propietario a don Dimas Pardo y del espíritu industrial que aplicó a la Finca se hizo eco en toda la provincia.
Fue adehesado el llamado Prado de Galiana a Ciudad Real, según las Respuestas Generales del Catastro, se cerró en 1712. La ciudad obtuvo sentencia favorable de un juez de comisión del Consejo de Castilla en 1734, quien declaró dicho término común y baldío. Sin embargo, los titulares del mayorazgo apelaron, apelación no resuelta en la fecha de redacción del Catastro. La ciudad alegaba que se no había podido seguir los pleitos para defender sus derechos por falta de medios económicos. Quizá no fuera sólo la escasez de dinero de la hacienda municipal lo que impidiera el seguimiento de esos pleitos, sino la posición preeminente que en la sociedad ciudarrealeña y dentro del mismo ayuntamiento ocupaban los titulares de estas dehesas.
En el XVIII el famoso mayorazgo de Galiana, tras los inevitables pleitos, estaba en manos de una vecina de Málaga. No resulta extraño, por tanto, que en 1751 la nobleza foránea tuviera casi cinco mil hectáreas en término de Ciudad Real, más del 17 por 100.