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CIUDAD REAL, SUS BARRIOS Y LOS CAMBIOS URBANÍSTICOS
La ciudad se dividió siempre en tres barrios (cristiano, morisco y judío) y posteriormente en San Pedro, Santa María y Santiago, con una perfecta diferenciación espacial entre ellos; a partir de un pleno municipal de 1923 la nueva división administrativa sería distinta, la ciudad se organizaría en distritos y éstos a su vez se subdividirían en secciones.
El distrito quinto pertenece a la Poblachuela y a los dos anejos, Las Casas y Valverde; mientras que los cuatro primeros distritos se corresponden con el espacio urbano existente, tanto dentro como fuera de rondas.
Para comparar espacialmente los últimos tres barrios históricos con la actual división, nos tendremos que limitar exclusivamente al espacio comprendido dentro de rondas, de esta forma el distrito segundo se correspondería con el barrio de Santa María (antiguo barrio de la Morería), mientras que los barrios de San Pedro y Santiago son difíciles de delimitar al haber mezclado secciones.
Las secciones actuales no sólo rompen con los barrios históricos, sino también con los actuales, al englobar en una misma sección dos unidades urbanas muy distintas. La distribución de la población en 1990 es la siguiente al distrito primero le corresponde el 14,4 por 100; al segundo, el 40,0 por 100; al tercero, el 11,7 por 100; al cuarto; el 31,7 por 100, y al quinto, el 2,2 por 100.
Si nos detenemos en la distribución por secciones, encontramos una oscilación que va desde la que presenta un menor número de población, contabilizando 796 habitantes, hasta la que concentra más número, registrando 2.518 habitantes.
ESTRUCTURA DE LA POBLACION DE CIUDAD REAL. 1990
Grupos de edad | Varones | Mujeres | Total | % |
0 a 5 | 1.974 | 1.878 | 3.852 | 6,59 |
6 a 10 | 3.238 | 2.203 | 4.441 | 7,60 |
11 a 15 | 2.687 | 2.518 | 5.205 | 8,90 |
16 a 20 | 2.429 | 2.437 | 4.866 | 8,32 |
21 a 25 | 2.478 | 2.623 | 5.101 | 8,72 |
26 a 30 | 2.397 | 2.632 | 5.029 | 8,60 |
31 a 35 | 2.250 | 2.432 | 4.682 | 8,01 |
36 a 40 | 1.837 | 2.019 | 3.856 | 6,59 |
41 a 45 | 1.669 | 1.737 | 3.406 | 5,83 |
46 a 50 | 1.407 | 1.556 | 2.963 | 5,07 |
51 a 55 | 1.224 | 1.433 | 2.657 | 4,54 |
56 a 60 | 1.355 | 1.558 | 2.913 | 4,98 |
61 a 65 | 1.172 | 1.427 | 2.599 | 4,44 |
66 a 70 | 1.060 | 1.339 | 2.399 | 4,10 |
71a75 | 652 | 1.027 | 1.679 | 2,87 |
Más de 75 | 941 | 1.882 | 2.822 | 4,83 |
TOTAL | 27.770 | 30.701 | 58.471 | 100,00 |
El centro social y económico de la ciudad, en función de la actividad de la población, lo integran las secciones una y dos del distrito primero, así como las secciones una, dos y tres del distrito segundo. Siendo, por tanto, las calles de Postas y Alarcos el eje central de la ciudad, demográficamente.
Si en «Geografía Urbana de Ciudad Real» analizábamos las características demográficas de los distritos y secciones, a la vez que nos lamentábamos de que dicha división administrativa rompiera la unidad de zonas urbanas o barrios; en la revista local «Villa Real 1255» que ha iniciado su andadura durante los primeros años de los noventa se ha intentado en dos artículos realizados por Agustín Espinosa, hacer una propuesta de barrios, de la que ofrecemos su resultado cartográfico, indicando las características demográficas y sociológicas de cada uno de ellos, este intento debe ser mejor aclarado ya que si la unidad administrativa es la sección, y a partir de ellas obtenemos la población que ofrece el Ayuntamiento, en dicha propuesta se debe indicar qué secciones completas integran cada barrio, pues lo que no se puede es romper la sección, si están mal configuradas, la institución deberá cambiarlas por otras y a partir de ellas hacer una nueva propuesta de barrios divididos en secciones.
Teniendo en cuenta esta apreciación extraeremos de sus múltiples cuadros las conclusiones que nos parecen más significativas: los barrios con mayor porcentaje de menos de dieciséis años, son los barrios del Pilar y Torreón, el mayor índice de población adulta lo ofrecen Larache y Pío XII, mientras que los más envejecidos son Centro y Perchel. El barrio que más creció fue el Torreón, mientras que Centro y Perchel perdieron población. Este último es el que tiene un mayor índice de población sin estudios; por el contrario, la población universitaria se concentra en los barrios dentro de rondas, Torreón, Centro y Morería. Tradicionalmente hemos utilizado la población de hecho, que es la que hace referencia a los presentes más los transeúntes, mientras que la población de derecho la integra la población presente más los ausentes. El último censo oficial de población de 1991 de Ciudad Real presenta un total de derecho de 57.030 habitantes, mientras que la de hecho, que es la que venimos utilizando, registra 60.138 habitantes.
EVOLUCIÓN MORFOLÓGICA Y PLANEAMIENTO URBANO
El origen y el plano de la antigua Villa Real, fundada por Alfonso X en 1255, «parece surgir como un proyecto urbano reflejo de los cambios introducidos en la época. Un proyecto acorde con las nuevas ideas del momento y que, en sus orígenes, parece pretender apartarse de la realidad hasta entonces vigente, aunque no se logre... Una fue la intencionalidad del Rey Sabio en su fundación y otra su evolución en el transcurso del tiempo». Con estas palabras, Villegas concluye su obra sobre el urbanismo medieval de la ciudad, aportando interesantes reflexiones sobre la distribución del espacio urbano.
Una capital en ruinas y en entredicho
La villa la convirtió en ciudad Juan II en 1420, posteriormente, durante el siglo XVII recibió de la Corona, la Tesorería y Contaduría de Millones y el rango de capitalidad, perdiendo esta última, durante once años, a partir de 1750, frente a Almagro, una vez recuperada volvió este municipio a ponerla en cuestión un siglo después, en 1837, llevando su reclamación al Congreso de los Diputados (tema este que hemos analizado en otra publicación) como también lo hicieron otros municipios, sin éxito, respecto a sus capitales, tal es el caso de Baeza, Barbastro, Betanzos, Calatayud, Mérida y Vigo. De las respuestas dadas al cuestionario enviado por el Marqués de la Ensenada a todos los Ayuntamientos en 1751 y, en concreto al de Ciudad Real, se desprende que la ciudad se encontraba en ruinas, pues en el núcleo urbano existían 1.200 casas habitadas y 100 inhabitables, «y hacen juicio cierto que habrá arruinadas otras 1.200».
La visión que nos da Antonio Ponz a mediados del siglo XVIII de esta ciudad es dual, al afirmar que desde lejos presenta un agradable aspecto por sus edificios, muralla y cuanto le rodea (la perspectiva era un aspecto fundamental para aquel momento), pero a continuación añade que desde cerca aparecen las murallas en varios trechos arruinados. Las calles como resultado de un núcleo que tuvo una ordenación previa, las describe como «largas, bastante rectas y espaciosas, y con buen empedrado». Al adentrarse en la Plaza Mayor critica su aspecto, al haberla «revocado nuevamente de muy mal gusto». El profesor Domínguez Ortiz, estudioso del siglo XVIII, mostrará su disconformidad por la vuelta de la capitalidad a Ciudad Real en 1761, «acabó de triunfar, sin que nunca haya alcanzado un predominio claro en su área provincial..., con una distribución profesional que revela un ambiente más rural que urbano. Almagro tenía, en ciertos aspectos, más aire de capital». De hecho, Ciudad Real hasta 1860 no llegó a superar demográficamente a Almagro. Las casas de Ciudad Real, llamadas de «morada», según el catastro consisten en cuartos altos y bajos dobles o bien en cuartos altos y bajos a «solattera», junto a ellos y formando parte del edificio aparece el patio y el corral, encontrando en algunas de ellas «oficina de caballería». Las fábricas de estas casas intercalan «el hormigón, la cal, el ladrillo, la piedra y la tierra».
El acontecimiento arquitectónico más importante en el siglo XVIII fue la creación de la Casa de Caridad u Hospicio. Al visitar el Cardenal Lorenzana la ciudad en 1777 pudo comprobar la serie de fundaciones que no cumplían los fines necesarios. De esta manera obtuvo del Ayuntamiento un solar junto a la Puerta de Toledo, inaugurándose en 1791, para posteriormente cerrarse definitivamente ocho años después, por problemas de mantenimiento, tras haber cumplido perfectamente sus fines. Con la invasión de los franceses lo convertirían en Cuartel de Artillería. Atributos capitalinos y desarrollo suburbano Durante la segunda parte del siglo XIX el municipio contaba con un total de 1.147 edificios, de los cuales el 86,5 por 100 se encontraban dentro de rondas, de ellos 539 eran de una planta, 689 de dos y 50 de tres plantas; el 13,5 por 100 restante, todos ellos de una y dos plantas, se distribuían por la Poblachuela y en los anejos de Valverde y Las Casas. Dicha etapa estuvo presidida por la noticia de la llegada del ferrocarril, que estudiaremos en otro apartado; este acontecimiento motivó el que el Gobierno de la Nación enviara una carta a la corporación para que emprendieran un plan de decoro y mejora del casco urbano, que afectó al empedrado y acerado de las calles más importantes, a la transformación de la Plaza Mayor y a la aparición de nuevas instituciones, unas debidas al proceso de desamortización de conventos de religiosos y otras por efecto del proceso constructivo.
La desamortización, como veremos en el apartado de la propiedad, posibilitó a la ciudad el poder contar con un Instituto de Segunda Enseñanza (Convento de los Mercedarios), con una escuela para la preparación de maestros (Convento de San Juan de Dios), con un centro hospitalario (Convento de los Carmelitas) y con hospicio (Convento de los Franciscanos), pues el edificio construido por el Cardenal Lorenzana continuó ejerciendo funciones militares. El resto de las nuevas edificaciones se enmarcan, en primer lugar, dentro de un conjunto de construcciones religiosas, en 1875 se concedió el Obispado Priorato de las Ordenes Militares, por este motivo fue necesario transformar la parroquia de Santa María en Catedral (pasando la iglesia de los Mercenarios a cumplir la función de parroquia), para ello, en la nueva catedral se llevaron a cabo obras de mejora en la bóveda y en el salón capitular; en 1887 se inauguraron dos nuevos edificios religiosos: el palacio episcopal y el seminario, este último ya derribado, se edificó en la confluencia de las calles Alarcos con Postas, ambos edificios presentarían en sus fachadas el ladrillo visto y la piedra caliza. A estos dos edificios vinieron a unirse, durante el segundo quinquenio del ochenta, el asilo de las Hermanitas de los Pobres y el Colegio de San José.
Plano de Coello de mediados del s. XIX. La ciudad presenta gran número de parcelas labradas dentro de la muralla. Puertas de entrada: Toledo, Calatrava, Mata, Granada, Ciruela, Alarcos, Santa María y Carmen.
Respecto a las construcciones no religiosas, los edificios más representativos serán el nuevo Ayuntamiento, del que luego hablaremos; el Casino, inaugurado en 1887 y el palacio de la Diputación Provincial, de 1893. Mientras que el Casino recurrió al estuco y a la escayola, ornamentando el edificio con una terraza a modo de plano noble, reforzada con una balustrada; la Diputación, por el contrario, utilizó en la fachada la fusión del ladrillo visto con piedra blanca, al que se le sumará como elemento decorativo la solución de esquina mediante la disposición de un cuerpo cilíndrico o cúpulas laterales. Fuera de rondas surgieron dos edificios de enseñanza: el de Agricultura (1908) y el de Ferroviarios (1924).
La Plaza Mayor se vio afectada por el plan de decoro, como antes decíamos, siendo el principal elemento a destacar el proyecto de fachadas de 1859 y la construcción de un nuevo Ayuntamiento, que se elevaría por primera vez en el lado más meridional de la plaza, poniéndose la primera piedra en 1868. Con posterioridad, en 1929 se llevó a cabo un proyecto de remate de la torre central del edificio, con el fin de instalar un reloj. En 1919 y en 1929, las distintas corporaciones aprobaron la construcción de dos tipos diferentes de construcciones de edificios privados de la Plaza, que no sólo vendrían a romper la uniformidad existente hasta el momento, sino que además pretendían crear una nueva uniformidad, nunca lograda. El modelo de 1919 se identifica por la presencia de balcones, mientras el segundo por la aparición de medallones en las fachadas.
El material gráfico, estadístico, fotográfico y documental, que no podemos incluir en esta publicación, se encuentran en la obra «Geografía Urbana de Ciudad Real (1255-1980)».
Al comienzo del siglo XX tenemos ya, perfectamente consolidadas dos plazas, la del Ayuntamiento, que es el punto neurálgico de la ciudad y, en segundo lugar, la del Paseo del Prado, que recogía la Catedral y el Casino. Conforme avanza el presente siglo, dos nuevas plazas van tomando cuerpo: la Plaza del Pilar y la Plaza de la Diputación. La operación que se efectúa en la Plaza del Pilar supone una renovación que va desde el Casino de la Unión, pasando por la Casa Messia y los edificios de los bancos de España, Bilbao y Central. En la Plaza de la Diputación donde ya se encontraba el Palacio Provincial, así como Correos y Telégrafos, vendrían a unirse la Audiencia y los juzgados, que se instalarían en la casa-palacio de los Muñoz, adquirida por el Ayuntamiento en 1931; construyéndose en la esquina un nuevo edificio para Casa de Socorro; de esta forma, el buen hacer municipal había logrado crear un nuevo centro político de la ciudad.
El desarrollo suburbano no se llevó a cabo en el interior la ciudad, debido al alto precio del suelo existente en los amplios espacios que quedaban dentro de la muralla. La especulación originó que el nuevo crecimiento se trasladara a la periferia y concretamente detrás del ferrocarril y del paseo de Gasset. Ante la presión demográfica experimentada durante las décadas del veinte y del treinta, fue necesario preparar suelo barato. Los dos primeros barrios surgidos fueron el de «Larache», que aparecía al sur de la estación de ferrocarriles, ocupado por ferroviarios y jornaleros; las detallada de los usos públicos y -parcelas obedecieron a un plan de aprovechamiento máximo del terreno. En el oeste de la ciudad, al otro lado del Parque de Gasset, surgió la llamada «Ciudad jardín», acogida a la Ley de Casas Baratas, su ocupación fue más diversificada, era barrio de clase media integrada por funcionarios, constituido por calles que se cortaban en ángulo recto, con jardines frente a las fachadas. Durante los años treinta se sucedieron una serie de barrios como el de «Oriente», llamado también de la Corredera que se encuentra localizado en la carretera de Valdepeñas; en el otro extremo surgieron dos, el de «Poniente» y el de «Alarcos» (o de la Peseta), todos ellos se organizan a partir de manzanas rectangulares, muy parceladas.
Texto extraído de:
HISTORIA DE CIUDAD REAL
Análisis geográfico del municipio de Ciudad Real
Félix Pillet Capdepón
Editado por Obra Social de