La Mancha es tierra de seguidillas y con el fin de rendir homenaje y reconocimiento a esta pieza musical y baile de nuestra tierra, nace este festival en el año 1980 instituido por el Ayuntamiento de Ciudad Real, a través de la Concejalía de Festejos, que, organizado por la Asociación de Coros y Danzas en colaboración con el Grupo Mazantini, se viene celebrando en nuestra capital dentro de los actos organizados con motivo de la Fiesta de la Pandorga.
Este festival a diferencia del Internacional, que también organiza esta Asociación, únicamente acoge a grupos nacionales A lo largo de las veintiseis ediciones ya celebradas, se han podido ver o recibir a grupos de toda la geografía nacional, dándonos a conocer lo más rico y variado de su folclore, fandangos, boleros, jotas y muy especialmente todo tipo de seguidillas: gallegas, pasiegas, guipuzcoanas, zamoranas, aragonesas, valencianas, murcianas, saltonas, pero sin dejar a un lado nuestra singular seguidilla manchega, que, sin duda, ha sido la que más ha trascendido en la coreografía española.
El Grupo Mazantini de Ciudad Real, ha venido actuando como grupo anfitrión en todas las ediciones, salvo en el año 1982, al coincidir con la gira que el grupo realizó por distintas ciudades del Japón, siendo en esta ocasión representada Ciudad Real, por el Grupo de Alcázar de San Juan. Este año se celebra el día 1 de Agosto en el Auditorium de La Granja.
ORGANIZA: Asociación de Coros y Danzas de Ciudad Real
PATROCINA: Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Real
PRESENTADORA: María del Pino Fuentes de Armas
FECHA DE CELEBRACIÓN: 1 de Agosto del 2008
LUGAR: Auditorio Municipal "La Granja".
HORA: 22,30 Horas
Estos mismos grupos, participarán el día 31 de Julio, en el desfile y posterior ofrenda a la Virgen del Prado, así como en la actuación que se celebrará en los jardines del Prado, dentro de los actos programados con motivo de la Fiesta de la Pandorga.
El baile ha sido desde siempre un signo representativo del grado de cultura de un pueblo. Los hombres han expresado a través de sus danzas sus sentimientos religiosos, sus costumbres sociales y políticas, sus afanes agrícolas y guerreros, sus amores y pasiones, sus emociones nobles y felices. En la historia de la danza, como expresión humana de sentimientos.
Con la palabra seguidilla se designa la poesía popular que acompaña la danza. Su tema es siempre el amor, la alegría, los celos, la cólera y la reconciliación. El folklore Manchego, tiene una fisonomía singular, que concuerda con el entorno geográfico, tiene ese encanto de claridad, sencillez y elegancia que llega a emocionar.
Sobre el origen del la seguidilla manchega no se ponen de acuerdos los historiadores, la seguidilla o baile "del bien parado" (posición de desplante o cierre que adopta la pareja de danzantes al finalizar cada copla) acaba por implantarse como principal baile español, cuyos orígenes de remontan al siglo XV.
El ritmo de las seguidillas es rápido de gran viveza en cuanto al ritmo que toma el cuerpo, brazos y pies. Dicho baile tiene tres tercios, con sus nueve coplillas o cantares. Cada tercio consta de tres pases de ocho compases seguidos de música y otros cuatro o cinco, indistintamente según las comarcas, de toque de guitarras y bandurrias. La posición de los bailarines, antes de comenzar el baile, es esta: Los mozos, puestas las manos en las caderas, se colocan frente a las mozas, mientras éstas, sujetando las castañetas en las manos, con las cuales marcan los movimientos, permanecen con la mano derecha en la cadera y colgando la izquierda, quedando de esta forma preparados hasta que preludia la rondella, compuesta generalmente de guitarras, bandurrias, panderetas, platillos y el típico tiplillo, que en algunas comarcas tiene el nombre de requinto.
Al ser la Mancha la región central de España, desde allí se extendió la seguidilla por toda la Península Ibérica transformándose en sevillanas, malagueñas, el fandango, las boleras de La Solana o meloneras de Daimiel con un movimiento más reposado y señorial, seguidillas jaleadas de Cádiz o las seguirillas o gitanas. Las seguidillas que más han trascendido en la coreografía española han sido, sin duda alguna las manchegas.