Torreón del Alcazar de Ciudad Real

Datos del edificio

Tipo de Monumento: Murallas y Puertas

Periodo: Siglo XIII

Dirección: Ronda de la Mata

Torreón del Alcazar de Ciudad Real Torreón del Alcazar de Ciudad Real

Galería de imágenes

Galería de imágenes de la Torreón del Alcazar de Ciudad Real

Torreón del Alcazar de Ciudad Real

Antigua imagen de la Torreón del Alcazar de Ciudad Real

El arco del torreón del Alcázar es lo único que queda hoy día del alcázar Real de Alfonso X. Se trata de una puerta de arco apuntado, que aunque muy sencilla y restaurada, aún muestra algunas curiosidades, como por ejemplo las marcas que hacian los canteros medievales en algunos de los sillares a modo de firma.

El rey Sabio mandó construir el Alcázar al poco de fundar esta ciudad. Las obras se prolongaron durante algún tiempo; pero pronto debió de estar en condiciones de ser habitado como residencia real. Un resto de este alcázar es el llamado "Torreón". Son escasos los datos que se tienen del edificio. En efecto, esta carencia documental sobre su construcción impide una valoración sobre el papel que pudo haber jugado dentro del núcleo de la ciudad. Algún autor señala lo extraño de su ubicación al estar lejos del centro de la villa; pero la explicación es evidente: era la cota más elevada del entorno y la menos edificada dentro de las murallas de la villa. En el momento de su construcción el Alcázar aparece despejado de edificaciones aledañas, el lugar es estratégicamente perfecto para otear los posibles ataques a la amurallada villa, que ya sólo podían temerse fueran llevadas a cabo por los calatravos. En la actualidad permanece en pie el llamado "Torreón", un arco apuntado, que sin duda pertenecía a una de sus puertas. Esta zona fue la elegida por Alfonso el Sabio para fijar su residencia y el centro de su poder político, la más aristocrática del Villa Real. Sin embargo, hasta pasado más de la mitad del presente siglo, el sitio era social, urbana y económicamente lo más degradado de la ciudad.

El Alcázar formó parte de la dote que en 1455 entregó Enrique IV a su mujer doña Juana, dejando esta señora como recuerdo de su señorío la torre que mandó edificar en el sitio que ocupaban unas casas que había junto a él. A este respecto discrepaba Delgado Merchán, que apuntaba: "...que, por el simple examen de lo que queda, no se puede ocultar que el llamado "torreón" ni lo es, ni a sido nunca, ni es otra cosa que un trozo de muralla en donde hay una puerta que ni aún puede decirse que fuera la principal del palacio. Además de esto, si doña Juana de Portugal, hubiese construido esta torre, habría puesto en ella sus armas y no las de Castilla y León, que aún puede descubrir cualquier persona que lo busque".

Restos arqueológicos en la calle Granada, junto al Alcázar de Ciudad Real

Restos arqueológicos en la calle Granada, junto al Alcázar

Los Reyes Católicos residieron en algunas ocasiones en el Alcázar e hicieron donación del mismo en 1475, a don Fernando de Cervera, natural de Ciudad Real y aposentador de sus altezas. Sabemos que este palacio poseía unos subterráneos, que por los años de 1950 fueron lodados. Eran estas unas cuevas amplísimas, muy interesantes geológica e históricamente, de lisas paredes veteadas por estratos cuaternarios horizontales, de diversos colores, y con inclusiones de cenizas y bombas volcánicas, con techos planos por haberse construido aprovechando esa horizontalidad perfecta de los estratos. El actual arco o torreón ha llegado a nuestros días gracias al marqués de Villamediana, que hace más de un siglo, debido a su estado ruinoso, y a sus expensas, fortificó la puerta que amenazaba derrumbarse.

Desde este alcázar dirigió Alfonso X sus embajadores al monarca francés San Luís, pidiéndole en matrimonio a su hija para el infante don Fernando, su primogénito, el cual -como sabemos- fallecía en 1275 casi repentinamente en dicho palacio, cuando se disponía a guerrear contra los moros de Andalucía. En este mismo lugar se hizo proclamar heredero de la corona su hermano Sancho IV "el Bravo". El Alcázar estaba tan cercano a la muralla de la ciudad que pasaba esta a formar parte del recinto real. Un maestre de Calatrava (como luego veremos), hospedado en él, franqueó traicioneramente por la noche la entrada a sus fuerzas por un postigo "...que penetrando la muralla salía al campo, cuando tomó la ciudad mediado el siglo XVI". Por esta misma puerta salió Juan II de Castilla, cuando le sorprendió en esta morada un terremoto mientras dormía la siesta "...saliendo al campo por una puertecilla o poterna que había en la muralla..”, suceso acaecido en 1431.

Aproximación del Alcázar Real de Ciudad Real

Una aproximación al pequeño Alcázar Real

Aquí recibió Alfonso XI los embajadores que el rey de Marruecos le envió en 1344, en reconocimiento de haberle devuelto las dos hijas que había cogido en la batalla de Tarifa. El mismo monarca, con ocasión de firmar una tregua con los moros, se dirige a Villa Real donde llegó el jueves santo, estando este día y el viernes. También reunió Cortes en el Alcázar de Villa Real, el año 1346.

Por el año 1388, nacía en la villa el físico y literato Fernán Gómez, que luego sería conocido por el bachiller Fernán Gómez de Cibdarreal. Por su mente privilegiada, entró a formar parte del séquito de Juan II, siendo éste niño. Algunos prelados y grandes de España le recompensaban por su asesoramiento en diversas materias. El monarca antes aludido le hizo merced, en 1445, de 30.000 maravedís sobre la lana de Segovia: tuvo amistad con muchos personajes de los que entonces sobresalían en política y literatura. Parece que fue autor del famoso "Centón Epistolario", publicado en Burgos en 1449, a él atribuido, pero no probado. Se cree que murió en Ciudad Real." Hay en la capital una calle dedicada a este personaje.

CIUDAD REAL. SIETE SIGLOS A TRAVÉS DE SUS CALLES Y PLAZAS, 1245-1945

de JOSÉ GOLDEROS VICARIO