El Refranero popular de la lengua española (m)

  Marido celoso, ni come ni duerme con reposo.

  Marido celoso, no tiene reposo.

  Marido celoso, viejo mañoso

  Marido rico y necio no tiene precio.

  Marido, comprad vino; que no lino.

  Maridos que lejos se ausentan, cornamentan

  Martes, ni te cases ni te embarques

  Martes, ni te cases ni te embarques, ni de tu familia te apartes.

  Martillo de plata rompe puertas de hierro.

  Marzo en lluvias, buen año de alubias.

  Marzo marceador, de noche llueve y de día hace sol.

  Marzo marzuelo, un día malo y otro bueno.

  Marzo se lleva la culpa y abril la fruta.

  Marzo ventoso y Abril lluvioso sacan a Mayo florido y hermoso.

  Más ablanda el dinero que palabras de caballero.

  Más alimenta el pan casero que el que vende el panadero.

  Más alta que un pino y más tonta que un gorrino.

  Más apaga buena palabra que caldera de agua.

  Más arriba de la espalda, no te levantes la falda.

  Mas ata pelo de coño que maroma de barco.

  Más atrasado está el fulano, que pelotas de marrano.

  Mas bonita es la belleza, con algo entre la cabeza.

  Más bueno el asado, cuando es regalado.

  Más caga un buey que cien golondrinas.

  Más cagado que palo de gallinero.

  Más caliente que un brasero, la bragueta de un herrero.

  Más caro es lo dado que lo comprado.

  Más chuletas y menos servilletas.

  Más ciego no puede haber, que aquel que no quiere ver.

  Más claro ni el agua

  Más claro no canta un gallo.

  Más claro, agua.

  Más come en una semana un gato que cien ratones en todo un año.

  Más come la vaca en una lenguada que la oveja en toda la jornada.

  Más corre un caballo viejo que un burro nuevo.

  Más crudo lo come el lobo, y bien le presta.

  Más cuesta alimentar un vicio que criar dos hijos.

  Más cura la dieta, que la receta.

  Más da el duro que el desnudo.

  Más daña un mal enemigo que aprovecha un buen amigo.

  Más de uno hubiera sido peor, si su fortuna fuera mejor

  Más discurre un enamorado que cien abogados.

  Más discurre un hambriento que cien letrados.

  Más dura una taza vieja que una nueva.

  Más enseña la necesidad que diez años de universidad.

  Más enseñan las manos que los labios

  Más fácil es caerse que levantarse.

  Más fácil es de la obra juzgar que en ella trabajar.

  Más fácil es hacer la llaga que sanarla.

  Más feliz vive y sin prisa, quien no tiene ni camisa.


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