Más fuerte era Sansón y lo venció el amor
Más grande que el apetito, el ojo que mide el frito.
Más grandes las gentes, que sus dirigentes.
Más hace el lobo callando que el perro ladrando.
Más hace el que quiere que el que puede.
Más haces callando que gritando
Más honor que honores.
Más honrado es el que la honra merece que aquel que la tiene.
Más imprevisto e incierto, que pedrada en ojo tuerto.
Más labra el dueño mirando que diez yuntas arando.
Más largo que un día sin pan.
Más le quiero mozo y pobre que no viejo que se doble.
Más limpio es que millonario, quien sus medias cambia a diario.
Más linda que una azucena, más limpia que una patena.
Más listo y despierto que el ojo del tuerto.
Más lo quiero para mis dientes que para mis parientes.
Más maestra es la adversidad que la prosperidad.
Más mal hay en la aldehuela del que suena.
Mas mata la duda que el desengaño
Más matan cenas que guerras.
Más mato la gula que la espada
Más mató la receta que la escopeta.
Más merezco; pero contigo me conformo
Más necio es que necio el necio que quiere pasar por sabio.
Más obrar que hablar.
Mas papista que el Papa.
Más peligrosa esa vieja, que un tiro entre ceja y ceja.
Más pesado y más malsano, que la carne de marrano.
Mas presto se coge al mentiroso que al cojo.
Más puede diligencia que ciencia.
Más puede Dios que el diablo.
Más puede preguntar un necio que responder el cuerdo.
Más que fuerza vale maña, que el ingenio nunca engaña.
Más que la mujer hermosa vale la hacendosa.
Más querría servir que recibir.
Más querría un dinero que ser artero.
Más quiero amiga llana que parienta falsa.
Más quiero asno que me lleve que caballo que me tire.
Más quiero huevos hoy que mañana pollos.
Más quiero poco seguro que mucho en peligro.
Más quiero ser burro descansado que buey ajetreado.
Más quiero ser de moza desdeñada, que de vieja rogada.
Más quiero una salchicha que cien palabras bien dichas.
Más quiero viejo que me regale, que mozo que me mande.
Más quiero viejo que me ruegue que galán que me abofetee.
Más refranes hay que panes; y cuando no tengo pan, pido consuelo a un refrán.
Más ruido hace uno que charla que ciento que callan.
Más sabe el diablo por ser viejo que por ser diablo.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.