COMERCIOS Y TIENDAS DE CIUDAD REAL EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX
CALLE ALARCOS
Es esta una de las calles más bonitas, espaciosas y concurridas de Ciudad Real: la de Alarcos, a la que en dos ocasiones se le cambió el nombre, una durante la República, en que se la llamó unos avenida de José Maestro, en recuerdo de quien fuera alcalde de Ciudad Real desde el 31 de julio de 1931 hasta primeros de 1934, y otra al término de la guerra civil, en que se pasó a llamar avenida de los Mártires, recuperando el nombre de Alarcos en el año 1983.
Para quienes son muy jóvenes o poco al tanto de la historia local, diremos que el nombre de Alarcos, como se denominaba de antiguo a la calle que va desde el Pilar a la ronda, lo tomó sin duda del histórico lugar junto al Guadiana, a menos de 8 kilómetros de la capital. La antigua Villa Real, luego Ciudad Real por generosa disposición, aunque obligada, del monarca Juan 11, tenía como se sabe recinto amurallado completo y una de las puertas que daban acceso al mismo era la de Alarcos, precisamente por estar situada frente al santuario de tal nombre, al que se llegaba directamente a través del hoy parque de Gasset, que llevaban hasta el llamado camino viejo de Alarcos y también a la carretera de Piedrabuena, ahora la vía más usada para llegar a Alarcos, aunque también se utilice otro acceso por la villa de Poblete, a la derecha.
Calle, por tanto, la de Alarcos, con tradición, con historia, aunque sus edificaciones -nos referimos a los primeros veinticinco años del siglo- no demasiado notables en el segundo tramo de la hermosa vio, a excepción del Seminario Conciliar, como por entonces se llamaba a este centro de formación eclesiástica. ¿Quién se acuerda ya de las características urbanas de esta importante avenida en el primer medio siglo?. Porque sin duda esta amplia calle es una de las que más honda transformación material está sufriendo en los últimos veinte años, en la que fue pionero el recordado constructor don Fausto Fuertes, buen amigo hasta su muerte no obstante la diferencia de edad, transformación que es comparable con la de su hermana menor, la calle de Postas.
Tras estas consideraciones de tipo general vamos a entrar en detalles sobre lo que fuera su primitivo signo comercial, enlazándolo con el más reciente. Como de costumbre lo iniciamos por la acera de los pares. En el número 2 están los grandes almacenes y modernos almacenes del ramo textil con los que se estableciera ya con carácter independiente don Mariano de los Reyes Cabanillas, ya desaparecido, y al que han sucedido sus tres hijos y una plantilla de competentes colaboradores. Estos modernos almacenes, que se hallan entre los primeros de nuestra capital, han sido la culminación de anteriores establecimientos de la misma firma, de los que ya hemos hecho referencia en otras calles. Durante buen número de años estuvo domiciliado en este número 2 el llamado "Círculo artístico Mercantil". También y durante bastantes años, fue el domicilio particular de aquel gran señor, amigo de todos y excelente profesor de la Escuela de Artes y Oficios y funcionario del Ayuntamiento de Ciudad Real, don Rafael Cueva, para sus íntimos Rafaelito aún siendo ya entrado en años. De carácter afable y cordial, gran aficionado taurino, incluso llegó a participar en festivales y fiestas particulares en el campo, manejando el capote y la muleta con auténtico garbo.
Nosotros tuvimos ocasión de contemplar más de un fotografía en la que en la finca "Benavente" y en unión de su gran amigo don Carlos José Víctor, dejaron ambos constancia de su afición y arte. Gran dibujante, se había especializado en temas taurinos, y aún se conservan viñetas suyas de los diversos tercios de la Fiesta, que él sentía como pocos. También recordamos el cartel anunciador de unas fiestas de agosto en Ciudad Real, creemos que de los años 25 ó 26, con las figuras de Don Quijote y Sancho, que con el fondo clásico de nuestra Puerta de Toledo, serviría hoy mismo para cualquier folleto anunciador de la Feria capitalina.
En el número 4 estuvo algún tiempo la relojería "Tic Tac" y antes la pastelería "La Campanita". A continuación estuvo la ferretería "Alarcos", establecimiento creado por don Pedro Agudo, conocido más en el comercio del calzado, y que posteriormente fue traspasada al popular Hipólito Gutiérrez Rocuero, que la mantuvo hasta que se construyó nuevo edificio para sucursal del Banco de Santander. En el número 6 se halla el bar "La Campana", uno de los más concurridos de Ciudad Real, con excelentes artículos de bebida y surtidos aperitivos, estando muchos al frente su propietario el popular Antonio Delgado Mena, gran aficionado taurino y conspicuo hincha mancheguista, ya retirado del negocio por cuestión de salud, aunque tiene un buen continuador en su joven sobrino, del mismo nombre y apellido, actual propietario del establecimiento. Anteriormente ocupó ese local el "Colmao Eritaña", montado por el no menos popular Paco Maestrillo, decorado a estilo sevillano, en el que tuvo su domicilio social la Peña Luis Miguel Dominguín, diestro que contaba con tantos partidarios en Ciudad Real y la provincia. En la misma casa y pasado el portal estuvo a finales de los años 60 el establecimiento de repuestos de automóviles propiedad de Segundo Sanz Casado, que trasladó a un amplio local, esquina final de la calle de Alarcos con la ronda, frente al parque, con un gran surtido de artículos del ramo del motor. En este número 6 a que nos estamos refiriendo estuvieron bastantes años las oficinas de la División Hidráulica del Guadiana y posteriormente al Colegio de Veterinarios. En el local que hace esquina con Juan 11 se halla en la actualidad la farmacia del licenciado don Basiano Salcedo Balmaseda. No podemos dejar de mencionar también al buen fotógrafo Gregorio Muñoz, el "Campúa" de Ciudad Real. Aquí en la calle Alarcos tuvo buen número de años su galería fotográfica, precisamente donde actualmente se halla "La Campana".
Pasada la calle de Juan 11, la número 8 era la casa propiedad de don Demetrio Ayala López. El inmueble fue construido por los años 1915-16, con materiales nobles, especialmente mármol, así como pinturas de nuestro ilustre paisano Angel Andrade. La casa tenía fachada a las dos calles y por la segunda seguía un jardín y huerto, que aún daba la vuelta a la de Postas, por donde tenía la salida de vehículos. En el año 36, al ser expoliados los dueños de la casa, fue ocupada por el partido de los anarquista, aquí representados especialmente por la central obrera C.N.T. (Confederación Nacional de Trabajadores). Al término de la guerra, a partir de abril de 1939, fue el primer domicilio de la Jefatura Provincial de F.E.T. de las JONS, hasta que posteriormente se trasladara a la calle de la Paloma, en la antigua casa-palacio de Medrano, donde hoy se halla el Rectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha. Reintegrados sus propietarios al inmueble número 8, se destinó parte del mismo a oficinas del la División Hidráulica del Guadiana -que así se llamaba entonces este departamento de Obras Públicas- y de la Empresa Harinera Ayala. En los años 60 el edificio fue adquirido por la empresa constructora "Mesta", que en un sorprendente espacio de tiempo llevó adelante la edificación, en la que en el año 1970 se habían instalado ya algunos establecimientos y oficinas, entre ellas la casa de modas "Sara Boutique" y la gestaría Plaza. En el año siguiente se trasladó a la planta baja la sucursal del Banco de Bilbao, que se hallaba en la esquina de Pilar y Alarcos.
En el número 10 se estableció la sastrería "Style", para señora y caballero, propiedad de don Antonio Illescas García Chico. En esta casa tuvo su domicilio y clínica el popular y prestigioso médico don Felipe Fernández Fernández, que fuera presidente del Colegio Provincial y de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana. Posteriormente se instalaron en el piso bajo las oficinas de la Correduría de Comercio de don Marcial Sánchez Molina y Portocarrero, que antes estuvieron en el antiguo callejón del Tinte, y también la Delegación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
En el número 12 estuvo el establecimiento de riegos por aspersión de C. Hernández y Cía., así como una academia de mecanografía, contabilidad y estenotipia y también el laboratorio de análisis del farmacéuticos don José Moreno Sobrino. Años más tarde se instaló en esta casa la fotografía de Eduardo Matos, gran artista del objetivo, hasta que ambas edificaciones fueron demolidas y en sus solares van a ser construidas viviendas de lujo y bajos comerciales. En el número siguiente vivió bastantes años, teniendo igualmente su bufete de abogado, el ex-alcalde de Ciudad Real don Luis Martinez Gutiérrez, fundador de la Caja Rural Provincial. La antigua casa, de dos plantas, fue sustituida en los años 70 por un moderno edificio, en cuyos bajos hay dos entidades bancarias.
Finalizada este tramo de la calle de Alarcos con casa de "mala muerte" en dicho popular, de un planta y modesta construcción, que fueron adquiridas tanto en la calle dé Alarcos como en la de Postas, por el constructor don Fausto Fuertes Moreno-López, también muchos años presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana, que levantó una edificación de noble traza, según planos del arquitecto municipal don José Arias, con un total de cuatro plantas, en la que se establecieron allá por el año 1934, "los de la Radio", como popularmente conocía el público a los buenos amigos Paco y Eduardo, este último ya fallecido hace años. Inaugurada la emisora Radio Ciudad Real EAJ 65 el 10 de diciembre del citado año, aún mantiene allí sus estudios la "decana", aunque la estación haya sido trasladada a un chalé de la carretera de Piedrabuena, que el buen humor de su dueño Francisco Fernández Tejada, bautizó como "Villa Calambres". La emisora fue traspasada hace unos años a la Rueda Rato, entreteniendo los días de su jubilación el buen amigo Paco con la pintura, en la que se nos ha mostrado como un consumado maestro.
Otros centros más o menos oficiales que estuvieron en dicho inmueble fueron la Delegación Provincial del Instituto Nacional de Colonización y el Registro de la Propiedad, en los años 30, del que era titular don Francisco Cervera, miembro activo de la Asociación Nacional de Propagandistas y que fue diputado a Cortes por la provincia en representación de Acción Agraria Manchega (CEDA) en la legislatura inacabada en 1936. Posteriormente, en la planta baja y dando frente al Parque de Gasset, ha tenido muchos años las oficinas de Notaría don Vicente Gutiérrez Cueto, que sucedió como notario a su padre, don Agustín Gutiérrez, que tuvo su primera oficina en la misma calles, pero en la casa número 10.
Continuando hacia el parque, se hallaba el edificio del Seminario Conciliar, del que damos algunos datos. Su emplazamiento fue proyectado en el antiguo huerto del Moral, cercano a la puerta de Alarcos. Se construyó según planos del arquitecto de la Diócesis Priorato don Vicente Hernández, con fachadas a las calles de Alarcos, Seminario (hoy Obispo Esténaga) y Olivo. La primera piedra se colocó el 20 de marzo de 1882, con asistencia del obispo prior, doctor don Antonio María Cascajares, que la bendijo, Cabildo de la catedral, primeras autoridades civiles, Clero de la capital y numerosas personas de relieve de la ciudad y provincia. Se efectuó su inauguración oficial con la apertura de curso el primero de octubre de 1887, acto que fue presidido por el Ilmo. Sr. don José Maria Rancés y Villanueva, tercer obispo de la diócesis. En dicho edificio, primer centro de estudios eclesiásticos de la provincia, se educaron y formaron promociones de viurtosos sacerdotes hasta el año 1936, en que al producirse el inicio de la guerra civil fue incautado por el Frente Popular, quedando después como Casa del Pueblo. Al término de la contienda, huérfana la diócesis de Pastor, costó no poco poner de nuevo en marcha el Seminario, lo que se logró con ayudas estatales y donativos oficiales y particulares, registrando años de saturación, que obligó al establecimiento de un Seminario Menor en la calle de la Mata, en dependencias de lo que fuera Instituto Popular de la Concepción.
El primer obispo que tuvo la diócesis después de la guerra, el navarro don Emeterio Echevarria Barrena, se decidió por la construcción de un nuevo Seminario, en su actual emplazamiento de la carretera de Porzuna, aunque sólo su sucesor, el valenciano don Juan Hervás y Benet, que le acogió como su obra predilecta y a la que, justo es decirlo, respondió la provincia entera con importantes aportaciones económicas, a más de las subvenciones del Estado. Trasladado el centro de estudios eclesiásticos al nuevo edificio, el de la calle de Alarcos fue destinado a albergue los movimientos de apostolado y otros fines análogos, hasta que a finales de los años 60 fuera vendido el inmueble, parte para construir la nueva Casa Sindical (hoy Dirección Provincial de Trabajo), parte para edificaciones de viviendas de la empresa García del Castillo, divididas por una calle, a la que se ha dado el nombre del Obispo Hervás. Queremos consignar también que en parte del antiguo Seminario, frente al actual edificio de la Jefatura Provincial de Sanidad, se ha construido la Casa Sacerdotal, residencia de buen número de sacerdotes.
Cruzada la calle del Olivo seguían casas particulares, en una de las que se hallaba la tienda de comestibles de Cárdenas. En los años 60 y 70 se construyeron nuevas edificaciones, destinando los bajos a establecimientos comerciales e industriales.
En el 24 hubo muchos años una cerámica, primitivamente de Molina y Prado, S.L., posteriormente de Ramón Molina y más tarde de un sobrino de este último industrial, don Ramón Arévalo Tercero, con gran surtido de mosaicos, azulejos y materiales de construcción en general. Y ya dando vuelta a la plaza del Alférez Provisional, estuvo hasta la pasada década el café-bar "El Alamo", muy concurrido y bien atendido. Recordemos que hasta que en su día quedara completada la red de distribución de agua a toda la ciudad, en el rincón hubo una fuente pública que contaba con no poca clientela de los alrededores. Hubo también una barbería llamada de Antonio. Y ya en la esquina de la ronda de Alarcos, sobre los años veinte, se trasladó desde la calle de Toledo, como ya se ha hecho constar al escribir sobre esta última vía, el popular café-bar "El As de Copas", y propiedad del gran Pedro, con sus buenas partidas de dominó y cartas. A este bar le sucedió el "Selas", muy afamado por sus reuniones nocturnas de verdaderos artistas del folklores español en su aspecto flamenco, por donde desfilaron no pocos de aquellos, unos consagrados y otros aspirantes a la fama, destacando de aquellos la "Niña de Antequera". Esta parte final de la calle de Alarcos ha sufrido una gran transformación urbana en no mucho tiempo.
Y ahora vamos a referirnos a la acera de los impares, que arranca de la misma plaza del Pilar. Antes de la reforma efectuada alrededor de los años treinta, teníamos entre la fachada que formaba la casa donde se instalara la sucursal del Banco de Bilbao, en línea con el Teatro Cervantes, una rinconada en la que había un pequeña taberna, la de Alfredo, con muy buena clientela y queremos recordar entre ella a los hermanos Pablo y Félix Valencia, el primer guitarrista, al que llegamos a escuchar magníficos conciertos en directo y a través de Radio Ciudad Real, y el segundo probo funcionario de Hacienda, donde llevó muchos años el registro, junto a algún libro del citado organismo estatal, pero que al mismo tiempo tenia extraordinarias aptitudes de actor teatral aficionado y muy buen caricato. Hagamos constar que, al igual que ahora sucede, a muchos partidarios del "chato" y la tertulia en la barra, los agrada que esto suceda en una taberna típica, unas más o menos confortables, pero todas con buen ambiente y sabrosos aperitivos.
Inmediatamente seguía el llamado teatro de verano o Teatro Circo, por su estructura parecida a uno de estos. En él fueron muchos años empresarios don Miguel Espadas Cejuela y don Manuel Sánchez Gijón, ambos con acusada personalidad profesional, el primero como depositario de Fondos de la Diputación -ya lo nombramos en la calle de la Mejora-y el otro como prestigioso procurador de los Tribunales, pero que tenían como "hobby" el ser empresario teatral. Al primero de ellos, pasados ya muchos años de su retirada como tal, le oímos lamentarse de un epidemia que tenía esta clase de espectáculos, el "tifus" oficial o semioficial, que forzaba, en no pocas ocasiones, a la reducción del aforo más de los posible para aguantar el presupuestos de determinados espectáculos, cuando se trataba de buenas compañías teatrales o de variedades.
El veterano Teatro, ya en el año 1922, tomó el nombre de "Cervantes" y fue reformado notablemente por sus propietarios, principalmente los señores de Sánchez y Octavio de Toledo Cárdenas, arquitecto uno y secretario de la Diputación el segundo. Como hemos dicho, por aquellos años desfilaban por Ciudad Real las mejores compañías de teatro, a cuyo frente estaban la gran María Guerrero, Carmen Cobeña, Enrique Borrás y Margarita Xirgu; la de zarzuela dirigida por el maestro compositor Pablo Sorozabal, con figuras muy destacadas, la de Marcos Redondo, Sagi Barba y otras; junto a las comedias más ligeras con Pepe Isbert, Barat, los hermanos Benito Arroyo, etcétera, y ya más en los años 30, la de Luisa Rodrigo, que permanecía aquí bastantes días, porque entonces el público, sin necesidad de Campañas de Teatro oficiales, asistía a las salas donde se ofrecía el drama o la comedia y no digamos el sainete.
El "Cervantes", una vez que el cinematógrafo fue una realidad, comenzó también a ofrecer al público este nuevo espectáculo, que estaba llamado a causar una auténtica revolución en el espectador, hasta que la televisión le ha reducido mucho su audiencia. En los años 15, mientras Europa se desangraba en una durísima guerra, los aficionados al cine de Ciudad Real tenían ocasión de no perderse una proyección por la cantidad de quince o veinte céntimos. No se pagaba entonces por la empresa más impuesto que la contribución industrial, ni las casas distribuidoras forzaban a pagar con "lotes" de películas, a las que se llamaban cintas. Las butacas de patio y las localidades corridas del "gallinero" -así llamadas popularmente las de general- eran todas de madera. Triunfaba Charlot con sus geniales filmes cómicos, que bastantes años después se pondrían de moda en la pequeña pantalla, y junto a él "Tomasín" y "Sandalio", el popular sastre "maestro Costuras", y las películas de episodios como las de los "Vampiros", el "Tanque humano" y tantas otras, con puñetazos a granel, que entusiasmaban a la pequeña concurrencia.
El "Cervantes" acogió también su sala numerosos actos políticos y de otra índole. Hemos oído referir uno muy famoso de don Rafael Gasset, allá por el año 14. Y más adelante, el del general don Miguel Primo de Rivera, en el año 1926, cuando era jefe de Gobierno y presidente de la Unión Patriótica o estaba a punto de fundarla; y ya, en el treinta .y tantos, uno a cargo de don Angel Herrera Oria, por entonces presidente de la Junta Nacional de Acción Católica, que trataron de reventar algunos sin lograrlo, y otro de don José Calvo Sotelo, de propaganda electoral, teniendo también que utilizarse el Proyecciones, ante la enorme afluencia de partidarios que de toda la provincia se desplazaron a escuchar al ilustre tribuno luego protomártir.
En la pequeña historia del Teatro Cervantes no pueden olvidarse las actuaciones de los grupos de aficionados. En su escenario actuaron por los años veintitantos los Estudiantes Católicos que presidiera Pepe Donado, las zarzuelas y conciertos del Ordeón Manchego, dirigido por el maestro capilla de la S.I.P. don Salomón Buitrago, con "Bohemios" otras populares obras líricas; los Colegios de San José y Nuestra Señora del Prado, la Federación de Estudiantes Católicos, constituida en diciembre de 1931, la Congregación Mariana y los Luises, con "El Divino Impaciente" de Pemán, y otros grupos a cuyo frente figuraron hombres tan cultos y populares como el maestro Cristóbal Ruyra, don Cipriano Arteche y don Enrique Amyach; y ya más recientemente, el Teatro Popular de Cultura, con su esfuerzo por mantener el fuego sagrado, no siempre correspondido, y que con Emilio Arjona como director, reunía a nombres tan recordados como Jaime Bermejo, Antonio Arenas, Enrique Oliver, Marjaliza...
En el mismo edificio del "Cervantes" hubo siempre un bar, que servía de repostería al popular coliseo, y que lógicamente llevaba el mismo nombre del autor del "Quijote". Hace bastante tiempo fue su propietario Pedro Santiago y después lo tuvo Germán Sánchez, por los años 40 repostero del Regimiento de Artillería, para poco después hacerse cargo de este céntrico bar, que reformó en dos ocasiones, modernizándolo, y que tenía siempre animadas partidas de dominó y cartas. A la muerte del amigo Germán le sucedieron sus hijos hasta el derribo del teatro.
El "Cervantes" tenía para los periodistas de Ciudad Real un grato recuerdo. En su piso alto tuvo su domicilio social la primitiva Asociación de la Prensa, durante varios años, a caballo de las décadas 20 y 30. Nosotros alcanzamos las actividades de la Asociación ya muy a última hora, pero el bueno de Julián Luciendo, con el que compartimos muchas horas de trabajo frente a la platina, en las tareas de confección y ajuste de "Lanza", nos hablaba con ilusión de la presencia de Antonio Barriopedro, Alvaro Corrales, Enrique y Paco Pérez, Enrique Lérida, Luis Oraá, Mingallón, Ruiz, etcétera, que organizaban fiestas, representaciones teatrales, conferencias, en las que implicabn a personalidades y amigos, que siempre les hemos tenido y buenos, los periodistas.
También en el inmueble del teatro, pasada la taquilla, estuvo varios años un bien entendido establecimiento de óptica "La Gafita de Oro", con especialidades de esta distinguida profesión y con plena garantía profesional. Demolido el teatro y al construirse en su solar modernos edificios, "La Gafita de Oro" ha vuelto a establecerse en el número 5.
A continuación había una pequeña casita, en la que estuvo muchos años establecida la Agencia "El Expreso", antes "El Express", que fundara en 1928 el dinámico y afable Banjamín González, sempiterno fumador, ya fallecido, continuando su viuda con el negocio de recadería, siempre con gran formalidad y exactitud. Recordamos su domicilio en Madrid, en la calle Tomás Bretón número 5, a donde alguna que otra vez, en nuestra época de estudios, íbamos a retirar el paquete que nos llegaba desde Ciudad Real. Las dos casas siguientes, al 5 y el 7 de la antigua numeración de Alarcos, tuvieron que desaparecer por obligadas necesidades de la circulación, al aprobar el Ayuntamiento un proyecto de apertura de nueva calle -el hoy pasaje Gutiérrez Ortega- para unir las avenidas, facilitando así el tráfico rodado, al cerrarse años antes la calzada del Pilar frente al bar España obligado a llegar hasta el Tinte, y el de peatones, permitiendo además construcciones con fachadas a dos calles. En los inmuebles demolidos se hallaban diversos comercios y pequeñas industrias, tales como la confitería "La Manchega", propiedad de Emeterio López; La Relojería Ruiz, de la que era dueño Vicente Ruiz Turrillo; la delegación de "Electrofil", especializada en artículos del ramo de electricidad; y la delegación de "Finanzauto". En este número 7 estuvo bastantes años el Centro de la Compañía Telefónica Nacional de España -aún viven y sea por mucho tiempo algunas de las telefonistas de entonces y muy anteriormente la carpintería de Lorente.
En el número 11 estuvieron unos juegos de recreo, la Administración de Loterías número 2, de la señora viuda de Carmona, ahora en el número 3 de la misma calle, ya la perfumería-droguería de lujo "Venus", que tenía gran surtido de artículos para regalo. Seguidamente estaban los Talleres "Pepea", con venta y reparación de bicicletas y repuestos.
En la casa siguiente estuvo bastantes años la Notaría de don Vicente Gutiérrez Cueto, hasta que fuera derribado el inmueble, así como los vulcanizados López, que después pasaron a la ronda de Granada. Los bancos comerciales del nuevo edificio fueron la primera instalación de las oficinas de la Caja de Ahorros de Ronda y en la actividad está el Hogar del Jubilado en la misma entidad, muy concurrido siempre. En el local de la casa siguiente estuvo buen número de años la agencia oficial Citroen, C.E.I.M.A., S.A., dedicada a la venta de los modelos de esta famosa marca de turismos, cuya primera representación estuvo en la calle de la Paloma. Le sigue la antigua casa de don Ricardo Arévalo, en la que por los años 30 estuvo la organización política Acción Agraria Manchega, implicada en la CEDA, partido que presidía a nivel nacional don José María Gil Robles y a nivel provincial el abogado don José María de Mateo La Iglesia, diputado a Cortes que fue muerto el 36, así como otros integrantes de la candidatura de centro derecha. Posteriormente a la guerra ocupó esos locales el Ambulatorio del Seguro de Enfermedad del Instituto Nacional de Previsión, hasta que el volumen de asistencias obligó al traslado a otros más amplios.
En el número 21, inmueble que construyera don Salvador Escrig, abogado y profesor del Instituto de Enseñanza Media de Ciudad Real, unos meses gobernador civil de Almería durante el Gobierno Progresista hasta las elecciones de febrero del 36, estuvo la relojería Rodríguez, que allí sigue tras la construcción de un moderno edificio, y en el piso alto del número 23, el domicilio social del Club Deportivo Manchego, donde estuvieron cierto tiempo las oficinas del Patrimonio Forestal del Estado. En los dos edificios siguientes, destinados a viviendas, se levantaron dos modernas construcciones, en las que al principio se instalaron una heladería y una pastelería.
En el 27, también en edificio de nueva planta, se hallan varias consultas médicas de conocidos facultativos locales, estando ocupados los bajos por la cervecería-cafetería "Alarcos", de la que es propietario Luis Serrano, a quien conocimos muy joven en la barra del "Trini" de Carlos Vázquez, y la Subdirección de la importante compañía de seguros "La Unión y el Fénix Español', que antes estuviera en las calles de Toledo y e Caballeros como en su momento hemos hecho constar. Seguían luego las famosas bodegas de Arévalo, cuyos caldos eran muy estimados incluso fuera de nuestras fronteras, a las que su posterior dueño, Palomares Pasamontes puso el nombre de Bodegas de Alarcos, y en el siguiente inmueble estuvo muchos años la Jefatura Provincial de Minas, siendo bastante tiempo el jefe de la misma el ingeniero señor Gamboa. En los solares resultantes del derribo de estos edificios se ha levantado en los años 70 el llamado de Servicios Múltiples, en el que se unificaron varias Delegaciones Provinciales de Ministerios y otros organismos, y hemos de hacer constar nuestra opinión y la de muchos ciudarrealeños sobre el poco acierto que presidió este proyecto urbano.
Pasada la esquina, en la casa que construyera la familia de Piedrabuena de doña Encarnación Bejarano, viuda de García de la Rubia, se instaló en 1945 el Sanatorio de Nuestra Señora del Rosario, del doctor don Anastasio Martin Pérez. Adquirido el edificio por la Caja Rural Provincial, ha construido uno nuevo para sus oficinas centrales, conservando el estilo del primitivo, mejorando la fachada con detalles de buen gusto, incluido el espléndido reloj dotado con sonoro carillón. En todo ello se vio la orientación del presidente de la entidad ciudadrealeña, el gran amigo Luis Martínez Gutiérrez, y de sus más directos colaboradores y técnicos.
La casa siguiente, propiedad de doña Julia Alonso, tenía en el huerto interior un local de verano, el Cine Avenida, cerrado hace varios años, y la fábrica del hielo de Cárdenas, que aún continua sirviendo a sus numerosos clientes. En un localito de la misma hemos asistido a más de una reunión gastronómica, en las que era chef indiscutido el buen amigo Fructuoso Cárdenas.
Por aquellos años estuvieron, en el número 53, la estación de servicios y repuestos de la Casa Renault, así como un despacho de pan y bollería, e igualmente al final de la acera, los servicios de Mobylette distribuidos por Orbaiceta y ya en la plaza del Alférez Provisional la expendeduría De Tabacalera número 6, de la que fue muchos años concesionario el señor Arjona Portero. Estuvieron también hasta el límite con la ronda un salón de juegos deportivos de José Cárdenas, la cafetería "El Toboso" de la que fura propietario el conocido barista Francisco Umbernón, y el establecimiento de automóviles de Pedro Navas, dedicado a compraventa de vehículos.