Nada del otro mundo: Se supone que una cosa «del otro mundo» sería algo digno de sor-prender y conmocionar a los habitantes de este planeta, por eso, cuando se trata de algo que no alcanza ese nivel, usamos esta frase.
Nadar contra la corriente: Avanzar en la vida en el sentido contrario al que van todos, pelear para conseguir algo, luchando contra todas las graves dificultades, como si uno tratara realmente de avanzar en el río pero haciéndolo no a favor de la corriente.
Nadie diga, de esta agua no beberé: Frase que afirma que ninguno está libre de que le suceda lo que a otro semejante, por lo general, aplicada cuando se trata de consecuencias negativas para la persona.
Nadie es héroe para su ayuda de cámara: Según algunos, la expresión pertenece a los Ensayos, de Montaigne; para otros, habría sido pronunciada por Madame Carnuel, aludiendo a lo difícil que es conservar el prestigio de la intimidad. En nuestra lengua, circula la forma nadie es un señor delante de su criado.
Nadie es perfecto: Una de las frases más veraces de nuestra selección, por la cual se justifica la falibilidad del ser humano que, por más que se considere sin defectos, siempre habrá de demostrar que no es perfecto.
Nadie es profeta en su tierra: Expresión tomada del Evangelio según San Lucas, IV, 24, que en la actualidad suele aplicarse a toda persona que logra un éxito profesional fuera de su país, muchas veces habiendo sido ignorado en él.
¡Naranjas de la China!: Se usa para negar lo que otro acaba de afirmar. Viene de la época en que el pueblo no creía que las naranjas procedieran de tan lejano lugar.
Ni chicha ni limonada: Ni una cosa ni la otra, permanecer indefinido. La chicha es una bebida alcohólica obtenida de la fermentación del maíz con azúcar, mientras la limonada -como todos sabemos- se extrae del limón. Por lo tanto, el dicho alude a lo que no es ni una cosa (bebida alcohólica) ni la otra (bebida refrescante).
Ni ebrio ni dormido: Expresión que se habría originado en un episodio vivido por el general Belgrano, al hallar a un centinela que se había quedado dormido luego de una borrachera. Desde entonces, habría dictado una norma por la que se establecía que "ningún vigía podía estar ni ebrio no dormido en su puesto". Posteriormente, la locución pasó a ser sinónimo de terminante negativa ante cualquier hecho.
Ni están todos los que son, ni son todos los que están: La frase está tomada de una cuarteta de Ramón de Campoamor, por la que se asegura que muchas veces, en los manicomios no están internados todos los que deberían estar y los que sí están, a veces, no merecerían estarlo.
Ni fu ni fa: Ni una cosa ni la otra; no tener definición. Podría equivaler a ni chicha ni limonada.
Ni lerdo ni perezoso: De una manera rápida, decisiva, sin tardar tiempo. Generalmente, se usa como elogio a alguien que ha tomado una decisión trascendental.
No abrir el paraguas antes de que llueva (o antes de tiempo): Si bien es aconsejable prevenir los males, no es conveniente ser excesivamente precavido, pecando de obsesivo.
No basta que la mujer del César sea honesta... ...también tiene que parecerlo: dice el proverbio. Según cuenta Plutarco en sus "Vidas paralelas", un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Tal era su enamoramiento, que en cierta oportunidad, durante la fiesta de la Buena Diosa -celebración a la que sólo podían asistir las mujeres- el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio. Como consecuencia de este hecho, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechada de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. La expresión, con el tiempo, comenzó a aplicarse en todo caso en el que alguien es sospechado de haber cometido alguna ilicitud, aun cuando no hubiera dudas respecto de su inocencia.
No caber ni un alfiler: No quedar un lugar libre, ni siquiera para estar de pie, como suele suceder en algunos partidos clásicos de fútbol, en ciertas carreras de caballo y en algunos recitales musicales.
No cambiar de caballo en medio del río: Es un consejo práctico para el hombre de campo: es contraproducente intentar el cambio de montura en medio del río. Pero, aplicado a la vida cotidiana, este refrán aconseja a las personas no variar la forma de encarar los proyectos y mucho menos, cambiar a sus colaboradores en momentos cruciales.
No cantar victoria antes de tiempo: En inglés, equivale a no contar los pollos antes de que estén empollados, con lo que se advierte claramente la necesidad de ser prudente en la consideración de los logros y no darlos por obtenidos antes de tiempo.
No dar el brazo a torcer: No ceder, no darse por vencido, por analogía con la acción de los pulseadores, que tratan de mantener firme su brazo ante la resistencia del oponente que intenta doblegarlo.
No dar por el pito más de lo que el pito vale: No adjudicar a las cosas más valor del que realmente tienen.
No dar puntada sin nudo: Para coser, es necesaria tanto la aguja cuanto el hilo, pero si al hilo no se le hace el nudito típico en su extremo, se escaparía por el ojo de la aguja. Por eso, la referencia a que la persona es muy cuidadosa en su accionar. La frase sufrió la deformación no dar puntada sin "hilo".
No decir esta boca es mía: No hablar palabra, permanecer callado. A veces, se la utiliza como sinónimo de prudencia, para no decir algo de lo que podamos arrepentirnos luego.
No dejó títere con cabeza: Todos sabemos que los títeres son figuras hechas en pasta, madera u otro material que, revestidas y adornadas caprichosamente, se accionan con hilos mediante algún artificio manual. En la actualidad, los títeres son un espectáculo para niños, pero en otras épocas, las representaciones se hacían también para recreo de los adultos, lo que explica que el célebre Don Quijote haya podido arremeter como lo hizo, contra el retablo del maese Pedro, en el que -en efecto- no dejó títere con cabeza. La expresión quedó en el lenguaje popular para calificar el destrozo que, por motivos airados, se hace de algo o alguien involuntaria e indiscriminadamente, aunque por analogía, la frase puede aplicarse también en el caso en que no haya ningún daño material, sino una severa reprimenda manifestada en forma oral contra una o más personas.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy: Habla de la conveniencia de hacer las cosas en el momento actual y no postergarlas para mañana, debido a que nadie puede predecir lo que habrá de suceder en el futuro.
No es moco de pavo: El dicho tiene origen en la jerga de germanías, es decir, el habla española propia del hampa de los siglos XVI y XVII. En esta jerga, los rufianes y ladrones llamaban moco al trozo de cadena que quedaba después de robar el reloj de bolsillo de la víctima, que era conocido como pavo. Así, cuando éste iba a sacar su reloj para ver la hora, se encontraba entre sus dedos aquella especie de moquillo, bailando fláccido en el interior del bolsillo. La frase 'no ser moco de pavo' se usa hoy para dar a entender a alguien que el valor y estimación de una cosa es más importante que lo que él considera.
No es nada lo del ojo: Según cuenta la tradición, alguien, como consecuencia de una riña callejera, tuvo la mala suerte de resultar herido en el rostro y perder uno de sus ojos. Entonces, lo recogió en su propia mano y comenzó a correr por las calles de la ciudad, en busca de ayuda. Mientras iba a toda velocidad por la vía pública y para darse valor ante la gente que lo miraba con preocupación por tan grave accidente, iba diciendo ... no sufro nada... no pasa nada... en realidad, no es nada lo del ojo... Claro, esta afirmación ante tan grave hecho, cayó muy bien en el jocoso espíritu popular y la gente, tomando al pie de la letra la expresión, la completó diciendo no es nada lo del ojo... y lo llevaba en la mano, cuya parte final suele omitirse. Posteriormente, parece ser que la escena volvió a repetirse, esta vez protagonizada por el célebre torero Manuel Domínguez "Desperdicios", toreando en la Plaza de Puerto de Santa María, en 1857. De todas formas, la locución quedó en el uso popular para subrayar burlonamente la actitud de quien, ante un grave trance, trata de minimizar la urgencia de una situación.
No es oro todo lo que reluce: A veces, las apariencias engañan. El oro, todos lo sabemos, brilla como muchos metales, pero no todo lo que brilla es metal precioso. En la vida, sucede algo similar: no todo es como nos parece.
No es tan fiero el león como lo pintan: Modismo utilizado para expresar que, aun cuando algunas personas tienen fama de duras, malas o agresivas, llegado el momento, suelen tener actitudes propias de una buena persona.
No está muerto quien pelea: Expresión que -a la manera de mientras hay vida, hay esperanza- alude a la fuerza que pone una persona que, aunque se encuentra casi derrotada por la adversidad, sigue dando pelea.
No faltaba más: Locución de cortesía, utilizada para aceptar una disculpa o gentileza, como si dijéramos "¡no hacía falta que se molestara por mí!".
No hay dos sin tres: Tomando el número cabalístico "tres", se creó este dicho que refleja la constante relación entre la cifra y los hechos del hombre. Es como estar esperando la invariable llegada de la tercera vez.
No hay mal que dure cien años: Por más que una persona esté padeciendo una mala racha, su supone que ésta no debería durar mucho tiempo.
No hay mal que por bien no venga: Frase conformista que justifica el padecimiento de un mal o daño actual, suponiendo que detrás de cada mal o daño hay una esperanza de futuro mejor, que hace olvidar el mal momento pasado.
No hay mejor defensa que un buen ataque: Frase aplicada en el ámbito deportivo -particularmente, en el fútbol- por la que se afirma que la mejor manera de defenderse es atacando y consiguiendo marcar goles y, de esta manera, restarles importancia a las probables deficiencias defensivas.
No hay nada nuevo bajo el sol: La locución alude a que ya ha sido dicho todo y su origen estaría expresado en un pensamiento de Salomón, luego tomado por el comediógrafo Terencio.
No hay peor sordo que el que no quiere oír: La sordera es un mal físico lamentable y la persona hipoacúsica lo sufre y supera como puede. Pero, hay algo peor: el sordo que no quiere oír, o sea, la persona que no padece esa enfermedad y que pudiendo escuchar, ignora lo que se le está diciendo.
No hay que jugar con fuego: Advierte sobre el peligro de las empresas riesgosas al compararlas con el manipuleo del fuego. En este caso, la persona que lo hace, puede sufrir quemaduras; en el anterior, puede "quemar" sus posibilidades.
No hay tu tía: En la medicina antigua, el hollín que resultaba de la fundición y purificación del cobre (óxido de cinc) era procesado para transformarlo en ungüento, al que le atribuían excepcionales virtudes curativas para determinadas enfermedades de la vista. El ungüento era llamado -según la región de que se tratara y del elemento del que derivaba- tutía, atutia o atutía y parece que era muy citado por los publicistas de la época, debido a sus aparentes buenos resultados en los tratamientos de las enfermedades oculares. Fue tal el prestigio de esta panacea que el lenguaje popular, basándose en ello, terminó por acuñar la frase -algo deformada, por cierto- no hay tu tía (como si en realidad, se tratase de la "tía" de alguien), para dar a entender que algo, por su dificultad o por su obstinación e intransigencia, es imposible de resolver.
No llegar la sangre al río: Significa que una situación complicada no tuvo finalmente las graves consecuencias que se preveían.
No mezclar aserrín con pan rallado: Frase aplicada a las personas que suelen mezclar temas que no tiene relación entre sí, en una misma conversación. La comparación surge de la idea de confundir el pan rallado con el aserrín, por lo similar de su apariencia.
No pega ni con cola: Ser una cosa totalmente incongruente, no tener sentido, ser de tal manera inadecuado que -en sentido figurado- ni siquiera con la ayuda de algún pegamento podría encajar.
No pegar un ojo: No poder dormir en toda la noche, estar desvelado.
No pincha ni corta: No decide, no tiene poder, no resuelve. No es una cosa ni la otra, es indefinido. La frase es la última parte del dicho, como la espada de Bernardo, que ni pincha ni corta, usado antiguamente en España.
No por mucho madrugar amanece más temprano: Por más temprano que nos levantemos, no vamos a lograr adelantar los relojes de la naturaleza. Aplicado a la vida cotidiana, significa que no debemos apresurarnos en nuestras decisiones.
No querer más Lola: Lola era una marca argentina de galletitas de principio de siglo, famosas por el cuidado puesto en su elaboración, llevada a cabo con los mejores ingredientes y sin ningún tipo de agregado artificial, lo que las convirtió en las preferidas de los grandes médicos especialistas que las recomendaban para la inclusión en las dietas de sus pacientes, sobre todo los que no podían ingerir alimentos convencionales. Tanto fue así, que en los sanatorios, clínicas y hospitales comenzaron a incluirlas en la alimentación de enfermos de toda clase. Cuenta la tradición que, estando de visita alguien en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires y mientras recorría junto a un amigo las instalaciones del nosocomio, fue a dar a la puerta de la morgue, de donde precisamente salía un enfermero empujando una camilla que portaba un cadáver. Ante tal escena, el visitante, luego de mirar pasar al macabro cargamento, giró, miró a su ocasional acompañante y le dijo: Ese, no quiere más Lola..., aludiendo obviamente a la condición del fiambre, que ya no comería ni esa ni ninguna otra marca de galletitas. Con el tiempo, la expresión vino a significar que alguien desiste en su intento por alcanzar un logro que se le presenta inaccesible o, lisa y llanamente, abandona una tarea.
No saber a qué santo encomendarse: Estar desorientado, sin saber a quién acudir. En la fe religiosa, cada persona acude al santo de su devoción o a aquel cuya particularidad le ofrece al creyente mayor confianza.
No saber ni jota: Según el diccionario, no saber una jota o no saber ni jota se aplica a toda persona que es muy ignorante en una materia determinada. Este modismo alude a la letra jota y a sus antecesoras, la iod hebrea y la iota griega. Así nos lo cuenta el lingüista García Blanco en su obra Filosofía vulgar. El folklore andaluz (1882-83): "Era y es la iod hebrea, caldea y satírica la letra más pequeña de las 22 que usaban aquellos idiomas; era además en hebreo el principio o el primer trazo de toda letra, como puede verse en cualquier diccionario o gramática de aquellas lenguas: la jota española o castellana es la iota griega en cuanto al nombre, y ésta es la iod hebrea. Decir, pues, no sabe ni jota equivale a decir no conoce ni sabe la más pequeña letra, no sabe hacer el primer perfil o trazo de ninguna letra pequeña, es un ignorante."
No se ganó Zamora en una hora: Se ganó en siete meses. Los que estuvo la ciudad asediada por Sancho II, que fue traicionado al final por Bellido Dolfos. La ciudad volvió a manos de la reina Doña Urraca.
No se puede escupir al cielo: Proverbio que señala lo vano del insulto o la ofensa al Creador y que, por extensión, se aplica a todo acto de rebelión o descontento hacia las personas que están por encima de nosotros. Cuando uno escupe hacia arriba, ineluctablemente la saliva vuelve a caer y, por lo general, en la propia cara del que escupió. Lo mismo sucede con las cosas en la vida.
No se puede estar bien con Dios y con el Diablo – No se puede estar en la procesión y tocando la campana: Ambas frases aluden a la misma situación, es decir, que no se puede servir a dos amos, que no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo, a menos que uno sea Dios.
No ser moco de pavo: Tener una cosa importancia y valor. No se refiere, obviamente, a ninguna secreción de la nariz del pavo sino a una especie de apéndice carnoso y eréctil que tiene el pavo sobre el pico; también se llama moco de pavo una planta amarantácea. De cualquier forma, en ninguno de los casos el moco de pavo tiene alguna utilidad y de ahí la expresión.
No ser santo de mi (su) devoción: No sentir ninguna simpatía por alguien, no soportarlo, todo lo contrario de lo que uno siente por determinado santo.
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios: Expresión tomada del Evangelio según San Mateo, IV, 4, que muchas personas suelen utilizar parcialmente, al decir no sólo de pan vive el hombre, omitiendo la segunda parte, quizá la más importante.
No tener dónde caerse muerto: Expresa la idea de pobreza total, indigencia, a tal grado que la persona no podría siquiera darse el "lujo" de morirse.
No tener gollete: Carecer de sensatez o de buen sentido. El gollete es la parte superior de la garganta por donde se une a la cabeza.
No tener pelos en la lengua: Hablar las cosas claramente, sin ningún tipo de temor. Se supone que, si tuviéramos pelos en la lengua, nuestra habla se vería dificultada.
No tener uña pa’ guitarrero: No estar capacitado para determinada actividad. Es sabido que, para una mejor ejecución de la guitarra, es necesario tener además de ágiles manos, buenas uñas para poder puntear bien las cuerdas (de ahí, que algunos toquen con púa), por eso, quien no las tiene no puede ser un buen guitarrero. En la vida, sucede lo mismo.
No tenerlas todas consigo: Este modismo que solemos utilizar frecuentemente como justificación de la suerte adversa de una persona, proviene del lenguaje de los naipes, en el que el hecho de no estar en posesión de las cartas necesarias para afrontar una mano con probabilidad de fortuna, provoca la consiguiente incertidumbre del jugador. Hay quienes relacionan la locución no tenerlas todas consigo con el hecho de acudir a la batalla sin las armas necesarias para la lucha. Lo mismo sucede con otras expresiones equivalentes, como llevar las de ganar y llevar las de perder, que se refieren -respectivamente- a la expectativa razonada de obtener éxito en un empleo, o de no tenerlo.
No tienes abuela: Con esta expresión irónica se censura a la persona que se alaba mucho a sí mismo y está tomada de la costumbre de las abuelas de elogiar desmedidamente a sus nietos.
No todo es soplar y hacer botellas: La elaboración de botellas, desde tiempos remotos, está basada en la habilidad del artesano para soplar el vidrio, pero a pesar de lo difícil de la labor, siempre se supuso que, comparando el resultado final (la botella terminada) con la forma de elaborarlo (soplar), era muy sencillo "soplar y hacer botellas". Paradójicamente, la expresión pasó a utilizarse para advertir sobre lo dificultoso de cierta tarea por emprender.
No valer ni la bula de Meco: Meco es un pueblo cercano a Alcalá de Henares, en la provincia de Madrid. En cierta oportunidad, el papa Inocencio VIII, en recompensa por los servicios prestados al papa y a la Corte romana por Iñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla y señor de Meco, expidió una bula (documento pontificio autorizado por la firma del papa, en tinta roja). En ella, el Sumo Pontífice otorgaba una serie de favores para los habitantes de Meco y varios pueblos vecinos, que entre otros, les permitía saltarse determinados preceptos del ayuno de los viernes y de algunos otros anuales. Había sido el propio conde quien solicitó al papa la exención, en atención a que Meco y las otras localidades, al estar situadas en el centro de la península, no podían abastecerse de pescado fresco y por lo tanto, no podrían cumplir con el ayuno preceptivo. Todo ello, motivó que la expresión no valer ni la bula de Meco adquiriera carácter proverbial para subrayar la situación de quien, en un apuro extremo, no encuentra salida ni protección posibles.
No valerle a uno ni la paz ni la caridad: En la Edad Media, existía en Castilla la Archicofradía de la Caridad, creada por María de Aragón, primera esposa del rey Juan II de Castilla, cuyo cometido consistía en asistir piadosamente a los necesitados y a los reos condenados a muerte desde que estos entraban en capilla hasta que eran conducidos al cadalso. Generalmente, eran ejecutados en la horca, pero existía una regla que establecía que, si por casualidad la soga se cortaba o fallaba eventualmente un mecanismo durante la ejecución y en ese momento, un hermano de la Cofradía alcanzaba a tocar o cubrir con su capa el cuerpo del condenado antes de que interviniese el verdugo, entonces el reo se libraba del ajusticiamiento y su pena era conmutada por la de prisión perpetua en una cárcel del norte de África. Por supuesto, esta regla daba lugar a numerosos hechos de corrupción protagonizados por familiares de los condenados, funcionarios y verdugos, que en más de una oportunidad a cambio de sobornos, corroían la cuerda de la horca para que en el momento de la ejecución, ésta cediera ante el peso del condenado. Esto dio lugar a que se dictaran normas para poner coto a la maniobra y fue entonces cuando se acuñó la frase a este no lo salva ni la paz ni la caridad, en relación a la Cofradía que no podría hacer nada por el reo. El dicho, posteriormente comenzó a aplicarse a todo aquel que, por hallarse en situación de extrema adversidad, no tiene posibilidades de escapar al castigo.
Nobleza obliga: Frase proverbial atribuida al duque de Levis en su libro "Maxims et réflexions". Durante mucho tiempo, solía aplicarse como prueba de reconocimiento a un buen gesto o a un triunfo del ocasional adversario.
Nombrar la soga en la casa del ahorcado: Expresa la inoportunidad de mencionar personas o hechos delante de quien puede sentirse molesto por esa mención.
Nunca es tarde cuando la dicha llega: La felicidad de un logro, por más que haya tardado mucho en llegar, debe hacernos olvidar de los sinsabores. Circula una versión de este refrán -nunca es tarde cuando la dicha «es buena»- que es una redundante deformación de la original: la «dicha» no puede ser «buena» ni «mala».
Nunca segundas partes fueron buenas: Crítica abierta a las imitaciones o continuaciones de obras que, en su primera parte lograron éxito, pero en la segunda no lo obtuvieron, por diversas razones.