¡Que los cumplas feliz...!: Es la expresión proverbial que se dirige al que cumple años en ese día. El origen hay que buscarlo en una canción más antigua, Good morning to all, compuesta en 1893 por las hermanas Mildred y Patty Hill, maestras de la Kentucky Sunday School de Nueva York. La canción es hoy en día una de las más cantadas en todo el mundo.
Que me echen los galgos: Locución utilizada para expresar que alguien huye precipitidamente de un lugar, invitando a que lo persigan infructuosamente, lanzando tras de sí un grupo de galgos, perros célebres por su velocidad, pero que no suelen alcanzar a las liebres.
Que patatín, que patatán...: Frase onomatopéyica que hace referencia a la persona que habla sin sentido, dando disculpas o argumentando para no entrar en razones.
¡Que si quieres arroz, Catalina!: Esta expresión se emplea familiarmente para ponderar cualquier dificultad invencible. La procedencia del dicho es poco conocida. Una curiosa versión apunta que hace mucho tiempo vivía en tierra de León un judío converso cuya esposa se llamaba Catalina. La mujer sentía una verdadera fascinación por el arroz, hasta el extremo de que lo recomendaba como remedio universal de todos los males. Un día Catalina cayó enferma y, como rechazaba todas las pócimas y medicinas que le facilitaban, los familiares decidieron ofrecerle un plato de arroz. Pero Catalina tampoco lo quiso tomar. Para animarla, los parientes desesperados empezaron a recitar a coro, una y otra vez, la siguiente frase: "¡Que si quieres arroz, Catalina!". Pero fue en vano. La mujer se negó a probar su alimento, antes predilecto, y murió.
Que te garúe finito: Locución que, a manera de saludo de despedida, suele dedicarse a quien se va, aunque casi siempre dicha con intención irónica y peyorativa para quien parte.
Qué le hace una mancha más al tigre: Como la piel del tigre está plagada de manchas, sería casi imposible detectar la presencia de una nueva; por lo mismo, en una persona que adolece de muchos defectos, uno nuevo pasaría inadvertido. Por supuesto, la frase no se limita a destacar solamente los defectos, sino cualquier otra característica de las personas.
¡Que va a haber hule!: Haber peligro grave o desgracia. Éste es el significado de esta expresión que proviene de algún cronista taurino que llamó hule a la mesa de operaciones de las plazas de toros. Parece ser que el mullido de la mesa quirúrgica estaba cubierto por un hule, especie de tela impermeable. Desde entonces, cuando hay muchas cogidas, durante la lidia se dice que fue una corrida con mucho hule. Y la expresión '¡Que va a haber hule!' se popularizó para decir que va a haber sangre y heridas, aun fuera del contexto taurino.
Quedarse a la luna de Valencia: El origen del dicho, que equivale a decir que alguien no ha podido conseguir lo que esperaba o se prometía, está poco claro. Para algunos autores, pudo surgir del hecho de que, debido al mal estado de la mar, los barcos no podían atracar en la playa valenciana para desembarcar a los pasajeros, y éstos tenían que pasar la noche en alta mar, quedando a la luna de Valencia. Otros suponen que lo de la luna es por el nombre que los valencianos daban a su playa, en razón a su forma semicircular. Hay folcloristas que suponen que la frase en cuestión se decía porque a ciertas horas se cerraban las puertas de Valencia, y los que llegaban a destiempo tenían que pasar la noche en un banco con forma de media luna o herradura que había a pie de la muralla. Sin embargo, para José María Iribarren, autor del libro El porqué de los dichos, el origen de la expresión es mucho más sencillo. 'Dejar a la luna' es lo mismo que 'dejar en blanco'; es decir, dejar a uno sin lo que pretendía o esperaba. Lo de Valencia fue añadido más tarde a la primitiva frase 'dejar a la luna'.
Quedarse algo en el tintero: Olvidar u omitir algo en determinada circunstancia y recordarlo luego, cuando ya pasó el momento. La frase proviene de la época en que se escribía con una pluma que recogía la tinta de un recipiente así llamado.
Quedarse con el pan y con las tortas: Literalmente, quedarse con todo, sin participar a nadie de lo logrado.
Quedarse con la sangre en el ojo: Guardar resentimiento por algo, mantener recelo, duda o escrúpulo de algo.
Quedarse lo más campante: No reaccionar ante un contratiempo, como si no importara, cuando lo lógico sería lo contrario. Campante equivale a «ufano, satisfecho».
Quedarse mosca: Es una invitación a que alguien se quede quieto, tranquilo, sin intervenir en un conflicto o discusión.
Quedarse para vestir santos: Es una frase destinada a la mujer que no se casó, la típica «solterona», que en una época, cuando había pasado cierta edad, visitaba con más frecuencia la iglesia y se dedicaba a las tareas domésticas de la parrroquia, entre ellas, la de coser vestidos y mantas para las imágenes de los santos.
Quedarse sin mosca: Literalmente, estar sin dinero, no tener ni un peso. La palabra mosca tuvo, desde siempre, el valor de "moneda corriente" o "dinero".
Quemarse las cejas (o las pestañas): Leer o estudiar mucho, analizar profundamente un escrito.
Querer es poder: Expresa el poder de la fuerza de voluntad para conseguir lo que se pretende, llevando a los dos verbos a la categoría de sinónimos.
Quien bien tiene y mal escoge, del mal que le venga no se enoje: El que deja un bien cierto y seguro no debe quejarse de la desgracia que le sobreviene.
Quien escucha, su mal oye: La persona que presta atención a sus errores puede corregirlos a tiempo.
Quien hace lo que quiere, no hace lo que debe: Generalmente, nos inclinamos por hacer lo que nos da la gana y eso es precisamente lo que nos aleja de lo correcto, de nuestras obligaciones.
Quien mal anda, mal acaba: El que vive desordenadamente tiene, por lo general, un triste final.
Quién me quita lo bailado: Expresión típicamente rioplatense que hace referencia a la ventaja de haber vivido una existencia plena de alegrías y placeres, a pesar de que en la actualidad, se pasa por momentos más dramáticos. Circula la forma vulgar quién me quita lo «bailao».
Quien paga manda: Expresa el poder que otorga el dinero a quien lo posee. Podría equivaler a la frase donde manda capitán no manda marinero, aunque en este caso, se hace hincapié en los bienes materiales.
¿Quién te dio vela en este entierro?: No tener nada que ver en determinada situación, ser ajeno a lo que está sucediendo o, si bien se puede tener injerencia en algo, permanecer excluido por los demás. La expresión proviene del derecho de uso de velas en un velatorio, derecho reservado a los familiares y amigos íntimos del fallecido.
Quitarse el sombrero: La acción de descubrirse la cabeza fue siempre un gesto de respeto hacia el prójimo, particularmente, ante las señoras. Con la casi total extinción del uso de esa prenda, la expresión se mantuvo hasta nuestros días, aunque en sentido metafórico, para dar a entender el respeto y la admiración que se siente por una persona.
Quién te ha visto y quién te ve: Según cuenta el obispo de Mondoñedo, fray Antonio de Guevara, en tiempos de las revueltas de las Comunidades de Castilla había en un pueblo de Ávila un clérigo de origen vasco, partidario y ferviente defensor del líder de la revuelta Juan de Padilla, a quien señalaba desde el púlpito como "verdadero rey de Castilla, y no el tirano que ahora nos gobierna". Pero resultó que, una vez, el propio rebelde Juan de Padilla apareció con sus tropas y, tal como era la costumbre de la época, devastó las bodegas del lugar para abastecer a sus huestes. Una vez que se fue, el clérigo del lugar subió de nuevo al púlpito y habló al pueblo, pero ahora con un mensaje distinto, diciendo "habéis visto cómo pasó por aquí don Juan de Padilla y cómo sus soldados no me dejaron gallina viva, no tocino, ni estaca, ni tinaja sana. Os digo esto porque, de aquí en adelante, no deberéis rogar a Dios por él, sino por el rey don Carlos y la reina doña Juana, únicos reyes verdaderos...". Como es de suponer, la gente comenzó a aplicar la frase ¡quién te ha visto y quién te ve! para referirse al sentimiento que despierta una persona que en un tiempo fue pujante, feliz, sana o rica y ahora se encuentra débil, triste, enferma o pobre.