Tipo de Monumento: Edificio Civil
Periodo: 1752
Declaracion Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: 2012
Dirección: Almadén (Ciudad Real)
Visitable: Si
Tipo de Monumento: Edificio Civil
Periodo: 1752
Declaracion Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: 2012
Dirección: Almadén (Ciudad Real)
Visitable: Si
La plaza de toros de Almadén, llamada también Plaza Nueva, constituye realmente algo más que un coso taurino convencional. Se trata de todo un elemento urbano originalísimo de forma hexagonal y dos pisos de altura, constituido por sólo una manzana, integrada por veinticuatro viviendas al exterior. En cuyo interior se diseñó la plaza propiamente dicha.
Presenta en su entrada principal un amplio balcón con voladizo que corresponde al palco presidencial, sobre el cual, por la fachada interior, existe un esbelto frontón con guarniciones neoclásicas, siendo el graderío inferior de sólida obra de mampostería. Formando un conjunto de gran pureza arquitectónica perfectamente armónica en estética y volumen.
El edificio es de planta hexagonal, el exterior está blanqueado. En el interior existen graderíos precedidos por arcos elípticos (semielípticos). La cubierta es a dos aguas a excepción del espacio de entrada. El conjunto arquitectónico está considerado como único en el mundo por su forma hexagonal.
La Plaza de Toros de Almadén, en Ciudad Real, declarada Monumento Histórico Artístico desde 1979 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto al resto del patrimonio minero de la localidad desde 2012
Tras un periodo de rehabilitación iniciado en 1999, fue reinaugurada el 24 de julio de 2004, en la que los espadas Luis Francisco Esplá, Eduardo Dávila Miura y Antón Cortés lidiaron reses de Mari Carmen Camacho.
El inmueble ha sido reconstruido hasta el último detalle siendo un reflejo de cómo se realizaban las obras en las minas en la mitad del siglo XVIII, no en vano tanto los ingenieros en su diseño como los operarios en su construcción fueron mineros. Esta cualidad se aprecia en multitud de detalles y soluciones constructivas: la amplitud y vano de los arcos de su graderío, los materiales empleados, la distribución de los muros y las cargas, la carpintería y el rebuscado equilibrio de las vigas. Piedra, madera, ladrillo y forja son elementos imprescindibles, manteniéndose los originales.
Además de su forma, tiene una característica especial, es que se trata de una edificación de 24 viviendas de dos alturas que rodean el coso, en su interior esta la plaza como un patio interior formado por dos galerías en altura, la inferior fue construida en arquería encalada y la superior por pies derechos, zapatas y tirantes de madera. El techo esta formado con palos de madroño y tiguillos. Y la cubierta de teja.
La plaza de toros está construida dentro de la manzana que forman las veinticuatro viviendas encaladas con cubierta de teja acusada, y curiosas e interesantes chimeneas. Dentro se diseñó la plaza de toros propiamente dicha, con dos alturas, una con arcos y la otra adintelada por soportes.
Alberga un coso taurino de notables proporciones, con forma de polígono hexagonal, que queda inscrito en una circunferencia de 43 metros de diámetro.
La entrada principal tiene un amplio balcón con voladizo que corresponde al palco presidencial, sobre el que hay un esbelto frontón con guarniciones neoclásicas. El graderío inferior es de obra de mampostería.
Las antiguas viviendas se sitúan en dos plantas rodeando el coso, que está formado a su vez por dos galerías en altura, la inferior construida en arquería encalada y la superior por pies derechos, zapatas y tirantes de madera. Finalizada su rehabilitación en el año 2003, hoy día se celebran importantes festejos taurinos y alberga también el Museo Taurino, sala de exposiciones, Oficina de Turismo, restaurante y hotel.
La construcción de la Plaza de Toros de Almadén está íntimamente vinculada a la del Real Hospital de Mineros de San Rafael.
A principios de agosto de 1752, el superintendente de las minas, que por aquel entonces era D. Francisco Javier De Villegas, ante las frecuentes epidemias y la alta mortandad de la población y de los forzados que trabajaban en las minas, propuso la fundación del Real Hospital de Mineros de San Rafael.
Estas epidemias estaban motivadas, entre otras causas, por la falta de viviendas para albergar a los temporeros que trabajaban en las minas. Este hecho provocó la construcción de 24 viviendas que conforman una plaza hexagonal y que tenían una doble finalidad, evitar el hacinamiento de vecinos en las casas de la localidad – 4 o 5 familias por casa – lo que aumentaba el riesgo de epidemias y aportar, con el alquiler de las mismas, dinero para la construcción del Hospital de Mineros.
Las 24 viviendas, a su vez, conformaban una plaza para la celebración de festejos taurinos y era lugar de reunión para la población en general, con una capacidad de unas 4.000 personas, dedicándose igualmente los ingresos obtenidos en dichos festejos a la construcción del Real Hospital. Para la ubicación de la plaza de toros o “Plaza Nueva” fue elegido el lugar más llano e idóneo, el sitio de la Cruz de Hierro, en las eras del camino de la Villa Real (actualmente Ciudad Real).
Un motivo más para la construcción de la plaza de toros fue la extensión de las labores mineras hasta la plaza donde hasta la fecha se venían celebrando festejos (actual Plaza de la Constitución). Concretamente existe un torno (pozo de mina) ubicado en lo que hoy son las escaleras de acceso a la Iglesia de San Juan. Por este motivo, el arco situado bajo el Ayuntamiento de Almadén es conocido con el nombre de “el toril”, al ser el lugar en el que se enchiqueraban los toros. Al mismo tiempo, y por igual motivo, la calle Antonio Blázquez es conocida en la localidad con el nombre de “la calle de los toros”, por ser ésta la calle por la que se traían los toros para ser enchiquerados en el toril.
Construida la “Plaza Nueva” se establece la realización de un mínimo de seis festejos anuales, con cinco o seis toros cada uno, con el fin de obtener ingresos para la construcción del hospital.
El superintendente Villegas no esperó a la aprobación por parte de sus superiores para dar comienzo a las obras de la plaza. En un comunicado del 16 de agosto de 1752 informó del inicio de la construcción, a la vez que solicitó permiso para la celebración de los primeros festejos taurinos con el fin de obtener el primer dinero para hacer frente a los créditos concedidos para su construcción por parte de vecinos de la localidad, principalmente oficiales de mina y algunos miembros de la congregación de la Caridad.
Estas peticiones son aprobadas por Real Orden del 28 de agosto de 1752. El 4 de abril de 1753 estaban hechas todas las paredes interiores y exteriores hasta el primer piso con el fin de celebrar los primeros festejos. El alquiler de las casas, destinadas principalmente a temporeros, comenzó a finales de 1753 con solo 8 casas habitadas y en 1755 estaban habitadas más de la mitad y el número de personas que las ocupaba superaba las 200.
Entre 1755 y 1757 las obras se agilizaron por el paro forzoso de obreros a causa del incendio que afectó a las minas y que duró dos años y medio. En este periodo tanto la plaza como el propio hospital –que comenzó a construirse en noviembre de 1755– se beneficiaron del empleo de un mayor número de obreros en un intento de evitar una emigración masiva.
Las obras de la plaza finalizan totalmente en 1765 con un coste superior a los 320.000 reales de vellón. Posiblemente los primeros festejos realizados en la Plaza Nueva son los referidos a octubre de 1752, cuando se lidiaron 21 toros entre los días 19, 21 y 23 de dicho mes a cargo de Pedro Campanero y Pedro Martín Zancudo, siendo el precio del asiento de un real.
Como dato curioso cabe reflejar que el 10 de mayo de 1754 se promulga una Real Orden por la que se prohíbe la celebración de festejos en todo el Reino. Esta disposición pretendía la recuperación de la cabaña ganadera diezmada por la sequía y las epidemias. Esta orden solo afectó parcialmente a Almadén ya que Villegas, argumentando el destino de los ingresos, obtuvo una dispensa para la celebración de festejos. Ese año se lidiaron en Almadén un total de 35 toros por Pedro Campanero, vecino de Ciudad Real, Pedro Martínez Zancudo, vecino de Almagro, y Raimundo Franco de Torres, alias “El Indiano”, vecino de Ciudad Real que rejoneó dos toros a caballo y realizó otras habilidades en los festejos.
Otra curiosidad de la plaza de Almadén es la de contar con toques específicos de clarín, incluido el toque de muerte, hoy día en desuso.
Por la plaza de Almadén pasaron, entre otros muchos, Curro Guillén, Juan León, “Paquiro”, “Cuchares”, “Lagartijo”, “Costillares” y Rafael Bejarano. Cuentan que se cantaba en Córdoba una coplilla, en referencia a estos últimos, que decía:
Arrogante Costillares,
Anda vete al Almadén
Para ver matar bien toros
Al famoso “cordobés”
Desde 1979 es Monumento Histórico Nacional (R.D. 16-11-79). En el siglo XXI la plaza de toros es un edificio privado; por ello se han perdido algunas subvenciones de organismos oficiales para el arreglo de parte del conjunto que no se encuentra en demasiado buen estado. Después de la plaza de toros cuadrada del Santuario de la Virgen de las Virtudes en Santa Cruz de Mudela (también en Ciudad Real) y de la de Béjar (Salamanca), esta de Almadén es cronológicamente la tercera plaza de toros hasta ahora datada. Su última restauración finalizó en el año 2003, y hoy día se celebran importantes festejos taurinos, así como alberga sala de exposiciones, oficina de turismo, restaurante, hotel, etc.
Fuentes: