Tipo de Monumento: Laguna, volcán
Declaración de área protegida: 1999
Superficie: 293,07 hectáreas
Dirección: Valverde (Ciudad Real)
Visitable: Se encuentra vallado desde el 2015, propiedad particular.
Tipo de Monumento: Laguna, volcán
Declaración de área protegida: 1999
Superficie: 293,07 hectáreas
Dirección: Valverde (Ciudad Real)
Visitable: Se encuentra vallado desde el 2015, propiedad particular.
La provincia de Ciudad Real alberga, junto con las regiones volcánicas de Cabo de Gata y Olot, las manifestaciones volcánicas mayoritarias de edad terciario-cuaternaria existentes en la Península Ibérica.
La aparición del volcanismo de Ciudad Real tuvo lugar durante el periodo que transcurre entre el Mioceno medio y superior (entre los 12,5 y 5,5 millones de años) y está íntimamente ligada con la tectónica compresiva de la orogenia alpina, que fracturó la corteza. Esta fracturación permitió el ascenso del magma a través de fisuras eruptivas de corto recorrido, con unos 300 puntos de erupciones de tipo estromboliano e hidromagmático que se extendieron sobre las cuatro comarcas naturales de Ciudad Real -Campo de Calatrava, La Mancha, Montes de Ciudad Real y Valle de Alcudia-, aunque la mayoría están concentradas en la primera de ellas (BARRERA,1997).
El proceso volcánico se reactivó con mayor virulencia durante el pliocuaternario, entre los 4,5 y 1,5 millones de años, con emisiones intermitentes de magmas basálticos, nefeliníticos y melilitíticos (ANCOECHEA, 1983). Es en este periodo cuando los pequeños edificios cónicos se manifestaron como relieves propios, intercalándose con los sedimentos terciarios neógenos (amplias llanuras arenosas con frecuentes zonas pantanosas), alterando sustancialmente el paisaje original y obligando a la red hidrográfica de los ríos Guadiana y Jabalón a adaptarse a las nuevas condiciones geométricas impuestas por las erupciones.
En la actualidad, las morfologías volcánicas, por su variedad y profusión, constituyen uno de los factores más determinantes del paisaje de la provincia de Ciudad Real. Así, las erupciones estrombolianas originaron conos de mediana altura (entre 50 y 150 m.) que se conservan con mayor o menor grado de erosión, con coladas de lavas de las tres naturalezas antes mencionados, que destacan sobre la planicie de las cuencas terciarias o sobre las cumbres de las sierras paleozoicas, de litologías cuarcíticas o pizarrosas. También son abundantes los “negrizales”, término local con que se conocen las coladas con alto grado de edafización; los “castillejos”, relieves volcánicos más abruptos formados por la acumulación de lavas más viscosas en las bocas de salida, y los “cabezos”, volcanes con morfología en escudo, constituidos por conos de lava bajos y redondeados.
Por otro lado, las erupciones hidromagmáticas, originadas cuando los conductos de emisión afectaron a las capas de agua subterránea, produjeron relieves más espectaculares, dado que la interacción magma-agua provocó explosiones violentas, cuyo resultado son depresiones más o menos elípticas o circulares en el terreno, localmente conocidas como “hoyas”, rodeadas por un anillo semicircular de materiales fragmentarios (tobas y brechas), procedentes de la explosión de los materiales suprayacientes. En la provincia de Ciudad Real existen unos 80 cráteres hidromagmáticos o “maares” de diversos tamaños, muchos de gran belleza paisajística, algunos de los cuales albergan en su interior lagunas temporales, siendo estos humedales de origen volcánico únicos en España y los únicos en clima mediterráneo de toda Europa (BARRERA, 1977). Completan la variedad de manifestaciones volcánicas existentes en el Campo de Calatrava los manantiales termales y “hervideros”, o manantiales de aguas enriquecidas en CO2 al entrar en contacto con los gases del volcanismo, en las que el gas se desprende de forma violenta.
Esta belleza paisajística y exclusividad morfológica y petrológica del conjunto volcánico de la provincia de Ciudad Real se ve amenazada por el desarrollo urbanístico de muchos municipios, la construcción de nuevas infraestructuras -carreteras, ferrocarriles, embalses, parques eólicos, antenas, repetidores, etc.- y, especialmente, por la actividad minera, muy intensa sobre la zona, dada la gran calidad de los materiales volcánicos. Así, desde comienzos del siglo XX se inició la explotación industrial de las coladas volcánicas para la fabricación de adoquines y la explotación de los materiales piroclásticos (“hormigones”). Esta última ha continuado hasta nuestros días debido a la gran calidad de las puzolanas para la fabricación de cemento, intensificándose en la última década, por su calidad como balasto para la construcción de líneas de ferrocarril de alta velocidad.
La necesidad de asegurar la conservación de las manifestaciones volcánicas más valiosas existentes en la provincia de Ciudad Real, evitando su degradación motivada por las actividades antes mencionadas, llevó a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente a iniciar, en el año 1996, la realización de un estudio sobre el volcanismo en esta provincia, orientado a su protección.
De este modo, desde octubre de 1999 hasta febrero de 2001, se han declarado un total de ocho Monumentos Naturales en la provincia de Ciudad Real, encontrándose en fase de tramitación la declaración de dos nuevos Monumentos Naturales (ver tabla).
MONUMENTO NATURAL |
COMARCA |
SUPERFICIE |
Laguna y Volcán de La Posadilla | Campo de Calatrava | 296 ha. |
Castillejos Volcánicos de La Bienvenida | Valle de Alcudia | 197 ha. |
Laguna Volcánica de La Alberquilla | Valle de Alcudia | 111 ha. |
Maar de la Hoya de Cervera | Campo de Calatrava | 184 ha. |
Laguna Volcánica de Michos | Montes de Ciudad Real | 215 ha. |
Volcán y Laguna de Peñarroya | Campo de Calatrava | 544 ha. |
Maar de la Hoya del Mortero | Campo de Calatrava | 124 ha. |
Volcán del Cerro de los Santos | Montes de Ciudad Real | 84 ha. |
Macizo Volcánico de Calatrava | Campo de Calatrava | 3.540 ha. |
Volcán de Piedrabuena | Montes de Ciudad Real | 560 ha. |
El rango de superficies y complejidad de estos espacios naturales protegidos es muy variable, oscilando entre las 84 ha. del Monumento Natural del Volcán del Cerro de los Santos, que incluye un único edificio volcánico con diques e intrusivos y sus coladas, y las 3.550 ha. del Macizo de Calatrava, que incluye un total de 12 unidades volcánicas (6 volcanes estrombolianos con coladas de lavas basálticas, nefeliníticas y melilitíticas, 5 maares con lagunas temporales en su interior, y dos lagunas originadas por el represamiento en cabecera de un arroyo por una colada).
En estos diez Monumentos Naturales están incluidas las mejores representaciones de las manifestaciones volcánicas presentes en la provincia de Ciudad Real: los cráteres de explosión hidromagmática al pie de sierras cuarcíticas están representados en los maares de La Posadilla o de Fuentillejos, Michos, Hoya de Cervera y La Alberquilla (este último colgado en la cuerda de la sierra), todos ellos con un excelente grado de conservación y albergando lagunas temporales en su interior de gran interés; los maares sobre terrenos terciarios tienen su representación en el de La Hoya del Mortero; los edificios volcánicos estrombolianos con sus coladas de los diferentes tipos de magmas, en los volcanes de Peñarroya, Cerro de Los Santos, Piedrabuena y los castillejos volcánicos de La Bienvenida, constituidos por cuatro centros de emisión alineados en una misma fisura eruptiva y, finalmente, toda la diversidad de elementos volcánicos se dan cita en el Macizo Volcánico de Calatrava.
Al interés geomorfológico, paisajístico, científico y didáctico se suman, en la mayoría de ellos, valores naturales de vegetación y fauna. Así, las laderas de sus sierras cuarcíticas sustentan formaciones bien conservadas de encinar (Pyro bourgaeanae-Quercetum rotundifoliae), coscojarenebral (Hyacinthoido hispanicae-Quercetum cocciferae), fruticedas, retamares y matorrales termófilos mediterráneos (Asparago albi-Rhamnion oleoidis y Cytiso bourgaei-Retametum sphaerocarpae), enebrales y algún enclave de encinar termófilo con acebuchal (Querco-Oleion sylvestris); sobre las crestas de las sierras se desarrollan formaciones de vegetación casmofítica silicícola (Asociaciones Jasiono marianae-Dianthetum lusitani y Asplenio billotii-Cheilanthetum hispanicae); finalmente, en el entorno de las lagunas temporales que ocupan las cubetas de los maares se desarrollan praderas juncales (Cirsio monspessulani-Holoschoenetum). En cuanto a los valores faunísticos, destaca la existencia del águila real (Aquila chrysaetos), con varias parejas nidificantes en las paredes cuarcíticas de los maares, y la comunidad de aves nidificantes y/o invernantes en las lagunas volcánicas, con diversas especies amenazadas entre las que destacan el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), el zampullín chico (Tachybaptus ruficollis), o la cigüeñuela (Himantopus himantopus). Por último, los Monumentos Naturales declarados se localizan en zonas de gran importancia para el lince ibérico (Lynx pardinus), ya que las comarcas del Campo de Calatrava, Montes de Ciudad Real y Valle de Alcudia sustentan poblaciones, aunque muy fragmentadas, de esta especie. La declaración de estos nuevos espacios protegidos contribuirá a los esfuerzos para la conservación de la especie, al asegurar la preservación de su hábitat en estos enclaves y facilitar la conexión entre sus poblaciones.
El volcán de Fuentillejo o Laguna de La Posadilla se localiza en la vertiente norte de la Sierra de Las Medias Lunas al sur de la pedanía de Valverde (Ciudad Real), en la finca llamada de "LaPosadilla".
Se puede acceder directamente desde el pueblo, por el camino que va a la casa de la finca, a unos 3 kilómetros del pueblo, o bien desde la carretera que va de puente de Alarcos a Corral de Calatrava y por esta carretera a Alcolea de Calatrava.
Su morfología actual es la de un profundo cráter de explosión generado en una potente erupción freatomagmática en la que quedó completamente destruido el primitivo cono de Fuentillejo, integrando sus materiales los depósitos de oleadas piroclásticas húmedas que se extienden desde el cordal de Malos Aires hasta el Guadiana.
El cráter de Fuentillejo que aloja a la laguna del mismo nombre o de La Posadilla, que también es conocida así en la comarca, es sin duda el volcán más conocido del Campo de Calatrava. A ello ha contribuido su belleza natural y su notable interés biogeográfico. En este volcán se ha especulado con el desarrollo de una actividad eruptiva compleja en la que se pueden distinguir dos momentos bien diferenciados. En el primero de ellos, sobre el nivel de cumbres, se desarrolló un aparato estromboliano, posiblemente muy similar al vecino cono de Peñarroya. Desde él se emitió, en una primera fase de actividad efusiva, una potente y amplia colada (colada del Arroyo del Cordón) que descendió por la vertiente sur de la sierra hacia el valle del Guadiana. Las lavas que la forman son basaltos olivínicos. Nuevas fases explosivas modifican el edificio Fuentillejo, emitiéndose abundantes piroclastos y nuevas coladas, siendo ahora las lavas nefelinitas olivínicas. Las coladas se derraman también hacia el sur, superponiéndose a las anteriores, quedando colgadas sobre el valle del Guadiana a una altura de 640 m. La siguiente fase es marcadamente freatomagmática, y en ella se desencadenan las violentas explosiones que destruyen en su totalidad el cono y dan origen al cráter actual.
Este cráter presenta una notable disimetría, mostrando una pared sur, abrupta y prácticamente vertical, con alrededor de 120 m. de desnivel máximo, mientras que la pared norte se encuentra a 60 metros por debajo de la anterior. Investigaciones posteriores hacen dudar de estas primeras hipótesis, atribuyendo la génesis del maar de Fuentillejo a un episodio freatomagmático sin relación con edificios magmáticos anteriores, mientras que las coladas de la vertiente sur de Malos Aires, Cortijo de Herrea y El Cordón, se deben relacionar con actividad efusiva de carácter fisural generada en esta vertiente serrana
Las oleadas piroclásticas que se producen, se encauzan en un paleovalle situado al norte del centro eruptivo, desplazándose el flujo turbulento hacia el Guadiana, dejando un depósito caótico de más de 5 kilómetros de longitud, 1.250 m. de anchura máxima y una potencia final visible de alrededor de 2 metros, que se sabe más elevada por los materiales extraídos de pozos abiertos en la zona. La disposición de estos depósitos pone de manifiesto la existencia de una explosión dirigida debida a la diferencia de competencias de los materiales del entorno del cráter. El depósito de estos flujos está integrado por fragmentos accesorios de la roca de caja, muy angulosos, englobados en una matriz cinerítica. El material presenta una gran dureza debido a un intenso proceso de litificación.
Con posterioridad a este episodio freatomagmático una nueva fase magmática abre el cráter de El Portillo, del que sale una colada que se derrama al sur, hacia el paraje de Casa de Fuentillejo. Otro pequeño derrame lávico, Peñas Negras, se emite hacia el norte y desciende algunas decenas de metros por la pared suroriental del cráter de Fuentillejo.
Al norte de Fuentillejo, alineado con la fisura eruptiva sobre la que se levantan los conos de Cabezo del Moro y Racioneros, se encuentra el maar de Valverde (38º-58' N / 4º-5' W). Al igual que en el caso de Fuentillejo, la presencia de lluvias abundantes y continuadas permite el desarrollo de una laguna temporal.
Al oeste de Fuentillejo, en el cordal serrano de la sierra de las Medias Lunas se sitúa el volcán de La Zarza, formado por un pequeño amontonamiento de escorias, situado sobre el punto de emisión, y una colada que desciende al sur por la ladera serrana, en dirección al Guadiana.
Fuentes: