Tipo de Monumento: Asentamiento, fortificación
Periodo: Edad de Bronce
Dirección: Granátula de Calatrava (Ciudad Real)
Visitable: Si, visitas guiadas
Tipo de Monumento: Asentamiento, fortificación
Periodo: Edad de Bronce
Dirección: Granátula de Calatrava (Ciudad Real)
Visitable: Si, visitas guiadas
El yacimiento arqueológico denominado Cerro de La Encantada, también conocido por el topónimo de Los Castillejos, se encuentra situado en el término municipal de Granátula de Calatrava, a unos tres kilómetros al norte de esta villa, en la Provincia de Ciudad Real, y se puede acceder hasta él mismo tomando el desvío existente en el P.K. 6.300, de la comarcal 413, que une Almagro y Calzada de Calatrava.
El cerro en que se encuentra el yacimiento, se yergue a una altura de cerca de los 800 m s.n.m. y de unos 150 m. sobre la llanura que lo bordea por su ladera SW , dominando el valle del Jabalón y los pasos naturales hacia la Andalucia Occidental, por La Alcudia y Los Pedroches, a la Andalucia Oriental a través de Santa Cruz de Mudela, Almuradiel y Despeñaperros, y, por último, hacia Levante por Valdepeñas, el valle alto del Jabalón y la Sierra de Alcaraz.
El terreno en el que se asienta el yacimiento, corresponde al siluriano y casi todo él está formado por cuarcitas, rotas en varios lugares por surgencias de materiales de origen volcánico que desde el terciario, e incluso en el cuaternario, conforman una serie de conos y coladas volcánicas de enorme interés geológico.
En las zonas bajas de las laderas del Cerro del Rayo (otra denominación que suele aparecer en la toponimia de la cartografía al uso), aparecen grandes acumulaciones de derrubios cuaternarios, fundamentalmente cuarcitas, y aluviones de la misma edad, que sirven de límite entre las manchas de terrenos pontienses y el siluriano, conformando una linea fronteriza perceptible a más de kilómetro y medio de distancia, antes de llegar al pueblo de Granátula, donde el terreno pasa a ser miocénico.
En lo que a la climatología del lugar se refiere, en esta zona, como en prácticamente toda La Mancha, se detecta un clima de carácter continental típico: escasas lluvias, con inviernos muy frios y abundantes heladas y veranos calurosos.
La vegetación natural del entorno está formada por un manto relictal de coscoja (heredera de un encinar y enebral del que todavía quedan algunos 4 testimonios), algunos ejemplares de acebuche y de arzoyo, formas silvestres del olivo y del almendro, respectivamente.
El matorral se configura con un gran espartizal, retamas, aulagas y una importante serie de plantas aromáticas entre las que destacan los tomillos salseros, el cantueso y las lavandas, sin olvidar una abundante serie de gramíneas de variado tipo.
El Cerro de La Encantada se presenta como una pieza clave para el conocimiento de la Protohistoria, no solo de la Región Manchega, en la que se encuentra enclavado, sino de toda la Península Ibérica, ya que aunque solamente ha sido excavada una parte del mismo, sin embargo ha proporcionado una valiosa información en lo que al Bronce Medio o Pleno se refiere.
Las campañas de excavacion realizadas hasta el momento, entre 1977 y 1991, permitieron sacar a la luz una serie de restos, urbanísticos, funerarios, arquitectónicos y un conjunto de materiales arqueológicos que ponen de manifiesto dos aspectos de la Edad del Bronce peninsulares: por una parte la existencia en la región manchega de una fase cultural con nombre propio: el Bronce de La Mancha y, por otra, que los restos de La Encantada no encajan para nada ni en la “prolongación de lo argárico” ni en el esquema que caracteriza a la que hasta hace unos años (e incluso todavía hoy) algunos investigadores denominan con empecinada tozudez “Cultura de las Motillas” (una “forma” o “facies” más de ese Bronce de La Mancha, como lo puedan ser las “Morras”) y en la que siguen incluyendo los testimonios materiales de este Yacimiento.
La Encantada corresponde a un asentamiento en cerro y, por lo tanto, situado en altura sobre el valle o entorno, con un amplio control visual del mismo y de las vias pecuarias (que está probado utilizaron para la trashumancia de sus ganados); con fuertes sistemas de fortificación allí donde la naturaleza no le defiende de forma natural; con restos de edificios rituales de carácter funerario, además de los destinados a vivienda; sepulturas de variada morfología: en fosa con revestimiento de lajas o de mamposteria, sepulturas en pithoi, etc.
Por otra parte, el Cerro de la Encantada, hoy por hoy el único en curso de excavación, aunque no es el único yacimiento con estas características existente en la provincia de Ciudad Real, representa, con una fuerte personalidad propia, un claro exponente de la importancia que tuvo la Submeseta Sur, y más concretamente la region manchega, durante el Bronce Medio.
Los restos arquitectonicos localizados hasta el momento en el yacimiento corresponden, en lineas generales, a tres grandes grupos de construcciones: potentes edificaciones de carácter defensivo (murallas y “jorfes”, torreones y estructuras de almacén o "silos") presentes tanto en el denominado sector A como en el B; los edificios rituales antes mencionados, asociados a sepulturas, y, por último restos de viviendas: simples cabañas apoyadas en la roca o casas con zócalos de mampostería y alzado de tapial apoyadas sobre aterrazamientos entre los paramentos de las murallas.
En lo que a los materiales arqueologicos se refiere, la cerámica es el más abundante, predominando la lisa, aunque está también presente, aunque muy escasa, la decorada con incisiones e impresiones; entre esos vasos cerámicos hay un claro predominio de los cuencos, pithoi, ollas y vasos de perfil en "S", 5 seguidos de los vasos carenados y los de paredes verticales, todos ellos en diferentes tamaños, y estando tambien presentes las copas.
Junto a la cerámica han aparecido tambiér diferentes clases de útiles, tanto de cerámica (“vasos coladores”, pesas de telar o “tronzadoras”), como de piedra (hachas pulimentadas, machacadores, molederas, dientes de hoz), de hueso (punzones, espátulas) y de cobre o bronce (punzones, leznas, escoplos); son relativamente frecuentes los objetos de adorno (colgantes de concha y pizarra, cuentas de collar de piedra y hueso, botones de hueso y marfil con perforación en V), entre los que cabe destacar la presencia de brazaletes de plata y piezas de marfil, y también las armas, representadas por cuchillos o puñales de remaches y puntas de flecha lanceoladas y de pedúnculo y aletas, todo ello en cobre o bronce.
Todo hace pensar que se trata de un exponente del asentamiento en la Meseta Sur de grupos humanos que mantuvieron fuertes contactos con gentes procedentes del Mediterráneo Oriental, gentes, cuya presencia a este lado del Mediterráneo y en el centro de la Península, puede explicarse por el atractivo que debió suponer para ellos tanto las posibilidades agrícolas y ganaderas de la región, como la riqueza en minerales de cobre y plata de la cara. norte de Sierra Morena. En este sentido, el Cerro de La Encantada, donde el metal es abundante en las sepulturas, y la industria de transformación está representada por moldes de fundición y machacadores de mineral, podría interpretarse como un centro de fabricación y posiblemente de distribución del mineral extraído en las sierras próximas sin olvidar las del entorno del valle de la Alcudia.
Los contactos existentes entre La Encantada y otros complejos culturales contemporáneos son evidentes, además de importantes, no sólo por los paralelos morfológicos de sus materiales con otros existentes en otras áreas peninsulares, sino tambien por la presencia de importaciones necesariamente extrapeninsulares, como por ejemplo el marfil.
Del Cerro de La Encantada existe una abundante bibliografia que exponencia la importancia del Yacimiento en la Protohistoria española y lo convierte en clarísimo lugar de encuentro y visita para todos los que se interesan en el plano científico no solamente por el mundo cultural de la Edad del Bronce, sino que también por los consumidores del “turismo cultural” como expresión directa de la adquisición del ocio, de la creación de nuevas formas de riqueza en el marco del desarrollo endógeno y de la creación de nuevas formas laborales y profesionales vinculadas a ofrecer lo que la sociedad actual demanda: una mayor identificación con su Patrimonio Histórico y una mayor diversificación de nuestra oferta turística, como ya se ha apuntado en otro lugar de la presentación y justificación de este Proyecto.
Se han realizado trabajos de consolidación, reconstrucción de estructuras y excavación y limpieza arqueológica.
No tiene horario de visita establecido. Se realizan visitas guiadas. La finca se encuentra vallada en este momento.
Teléfono de reservas con WhatsApp: 636 817 099
Teléfono oficina de turismo de Granátula: 926 86 81 31
Email: turismodegranatula@hotmail.es
Recorrido de 1, 6 kilómetros por camino en no muy mal estado.
Partiendo desde la carretera CM-413, carretera de Almagro a Calzada de Calatrava, en el margen izquierdo (Bien señalizado) sale el camino que va al cerro de la Encantada.
Fuentes:
Granátula de Calatrava en un país en la mochila, 1995.