Tipo de Monumento: Asentamiento Visigodo y Musulmán
Periodo: Siglo X
Dirección: Granátula de Calatrava (Ciudad Real)
Visitable: Si, visitas guiadas
Tipo de Monumento: Asentamiento Visigodo y Musulmán
Periodo: Siglo X
Dirección: Granátula de Calatrava (Ciudad Real)
Visitable: Si, visitas guiadas
La Ermita y el yacimiento arqueológico de Nuestra Señora de Oreto- Zuqueca se encuentran situados en el término municipal de Granátula de Calatrava (Ciudad Real), en la región natural del Campo de Calatrava, a unos cinco Km. al sur del núcleo urbano, en el valle del río Jabalón y a un escaso centenar de metros de su ribera.
La parte meridional del valle está rodeada por una cadena de cerros de escasa altura que se extienden a lo largo de los márgenes del río Jabalón con dirección Sureste-Noroeste, y que originan una serie de pasos naturales que permiten la comunicación de la zona, por una parte, hacia la alta Andalucía, a través de Calzada de Calatrava y Puertollano y, por otra, hacia la Submeseta Sur por Valdepeñas y Manzanares.
Geológicamente es una zona de transición entre la parte más occidental de la llanura manchega y el Campo de Calatrava. En las sierras aparecen materiales de origen paleozoico, que deformados por la Orogenia Hercínica, dan lugar a largos y estrechos sinclinales. Los valles situados entre los cerros están recubiertos por materiales terciarios compuestos por arcillas, a veces margosas, y arenas, coronadas por bancos calcáreos.
A unos 4 Km. del yacimiento se sitúa el volcán de La Columba, volcán con características muy singulares que hizo extrusión atravesando los materiales estructurales paleozoicos y terciarios con un mecanismo estromboliniano, dando lugar a una colada que se extendió hacia el Norte que ocasionó la obstrucción del antiguo valle del río Jabalón, formándose un lago que perduró largo tiempo, hasta que, por erosión, logró el río abrirse camino de nuevo y su cauce quedó modificado.
El hacer esta breve referencia a la historia geológica es importante, ya que todos los materiales empleados en las construcciones del yacimiento, con la excepción de algunos bloques de granito, son los de la zona. El más abundantemente empleado fue la cuarcita y en menor proporción se emplearon las calizas recristalizadas del Plioceno y los encostramientos calcáreos que, por su facilidad de obtención, se utilizaron en forma de grandes lajas. También hay que destacar la utilización de material volcánico que, por su escaso peso y gran resistencia, livia el peso de las estructuras. El basalto olivino utilizado, procede, en su mayor parte, del volcán de La Columba, y los escasos bloques de granitos detectados en las construcciones del yacimiento pueden provenir de la zona de Valdepeñas, único sitio cercano donde aflora este material.
Aunque la vegetación actual del entorno está completamente degradada debido a la acción humana, el bosque bioclimáticamente potencial de la zona estaría formado, principalmente, por encinas, que irían degradándose hacia los coscojares, retamares, romerales y esplegares, hasta llegar luego a la situación actual. La vegetación de ribera a lo largo del río Jabalón estaría constituida por una serie de bandas determinadas por sus necesidades hídricas, en primer lugar los sauces, en las zonas más cercanas al agua, seguidos por alisos, chopos, olmos y fresnos.
Todas las características geográficas y geológicas señaladas anteriormente, han hecho del lugar un importante enclave arqueológico desde 3 muy antiguo. Las fuentes proporcionan datos de la existencia de Oreto o Oretum, como capital Norte de la Oretania. Está localizada en el cerro Domínguez, muy cercano a la Ermita de Oreto-Zuqueca. Las excavaciones realizadas en el año 1975-76 dieron como resultados la aparición de restos materiales pertenecientes a una ocupación continuada desde el S.IV a.C. (relacionada con el mundo ibérico) hasta el siglo XII d.C.
En época romana esta zona continuó teniendo importancia, según testimonia la lápida que conmemora la construcción del puente de Baebio, de fines del S.I y principios de II. Actualmente se conserva en el Ayuntamiento de Almagro y que traduce el P. Fita:
“Publio Baebio Venusto, hijo de Publio Baebio Besister, Oretano, a petición del regimiento y del pueblo hizo este puente para honra de este templo con gasto de 80.000 sestercios y después la dedicó, habiendo hecho en la fiesta de la dedicación juegos circenses de a caballo”.
Además de este testimonio, Hervás y Buendía menciona la existencia en la ciudad de Oreto de un templo, de un teatro y de un circo, pero no los situa con exactitud. Del templo, también Corchado Soriano hace mención, como posiblemente dedicado a la Diosa Proserpina.
Las referencias al mundo paleocristiano se confirman, no solamente con los restos aparecidos en la Ermita de Oreto-Zuqueca, (concretamente un baptisterio), sino también por la existencia de una lápida encontrada en el Cerro de Oreto, que hace mención a la existencia de un granero o almacén, fechada en el 387 de la Era Cristiana. Según el dibujo que de ella ha llegado, aparece un crismón que trae pendientes las letras alfa y omega, prueba de que el culto cristiano estaba ya vigente en esa epoca.
En época visogoda, según algunas fuentes, Oreto-Zuqueca fue Sede Episcopal de la Oretania, junto con Castulo y Mentesa y, aunque no se ha podido comprobar que sea de la misma antiguedad que las anteriores, se conocen el nombre de ocho de sus Obispos por su asistencia a los Concilios Toledanos, desde el año 589 hasta el año 693.
Como testimonio de la existencia de esta sede, se conoce la lápida de la tumba del obispo Amador, aparecida en un lugar muy cercano al yacimiento, el Cerro de los Obispos, con la siguiente inscripción:
“Al encuentro del Rey Celestial salió Amador sacerdote, teniendo 43 años de edad el dia 9 de febrero del la Era 652 (año 614), año segundo de Sisebuto, felizmente reinante. Vivió en el cargo de su Episcopado un año y diez meses. Pasó a mejor vida en paz, amén”.
Se confirma plenamente la presencia visigoda, con la aparición de una necrópolis, y de un conjunto de edificios construidos desde época paleocristiana hasta finales de época visigoda, restos bien documentados arqueológicamente y a los que haremos referencia posteriormente.
Según Corchado Soriano, la mayoría de los historiadores creen que Oreto fue destruido con la invasión musulmana en el 711, aunque existe la teoría de 4 que, al menos en parte, subsistió como tributaria de los vencedores con el nombre de Urit hasta el año 853, en que, según Torres Balbas en la obra Ciudades Yermas, pudo haber sido arrasada en una de las muchas razzias de las Guerras Civiles por los toledanos sublevados, siendo sus pobladores transladados a Calatrava la Vieja, sin embargo, en la zona quedan restos de una ocupación hasta época más tardía.
Las excavaciones en Oreto-Zuqueca se inician, con carácter de urgencia, en el verano del año 1996 como consecuencia de la aparición de unas estructuras, concretamente unas tumbas, descubiertas al iniciar el vaciado en una de las zanjas perimetrales, que se proyectaron para instalar en su interior un sistema de drenaje, y preservar a la Ermita de las posibles inundaciones que pudiera sufrir con motivo del cierre del Embalse.
La necesidad de la urgente ejecución de un sistema de protección quedaba patente ante el hecho de que el Santuario se encuentra en una zona que podia quedar inundada por llegar el agua hasta ella, bien por escorrentía desde los cerros que la rodean, bien, por capilaridad, o bien por inundación como resultado del efecto "vasos comunicantes" con el embalse "Vega del Jabalón".
Los trabajos de protección del Santuario consistieron en la instalación de un drenaje perimetral, a 2m. de profundidad y la correspondiente infraestructura para conducir las aguas drenadas al Embalse, después de haber realizado varios sondeos geotécnicos, determinando así los lugares en los que se detectaba agua y precisando la exacta profundidad a la que aparece el nivel de arcillas plásticas impermeables. Con esos datos, se planificó la realización de una “pantalla” de impermeabilización, subterránea, en todo el entorno de la Ermita, mediante inyecciones de un producto consolidante e impermeabilizante (bentonita-cemento al 50%.)
Todos estos trabajos de protección se realizaron simultaneamente con las labores de excavación, lo que condicionó la metodología empleada, ya que era necesario coordinar todo el proceso y planificar las diversas tareas con las empresas que lo realizaron.
Los trabajos puramente arqueológicos comenzaron, como ya hemos señalado, con el vaciado manual de las zanjas de drenaje perimetrales. Iniciadas las excavaciones aparecieron numerosas estructuras: tumbas, pavimentos y restos de cimentaciones de muros de distintos tamaños y orientaciones, que en algunos casos, como en la zanja Sur, llegaron a ocupar casi su totalidad. Efectuando estos trabajos una serie de inundaciones llegaron a cubrir el interior de la Ermita y sus alrededores casi con 1 m de agua. Ante esta situación, y dada la importancia de los restos aparecidos, además de que era muy díficil, casi imposible, instalar la tubería en el interior de las zanjas porque no quedaba practicamente espacio material, se propuso a la Administración interrumpir el vaciado de las zanjas y realizar una excavación en extensión en todo el entorno 5 de la Ermita, con el fin de que todas las estructuras existentes se pudieran documentar y relacionar, además de permitir encontrar el espacio apropiado entre ellas para poder colocar el sistema de drenaje con el menor deterioro posible de los restos arqueológicos.
Para controlar que las paredes de la Ermita no sufriesen a causa de las vibraciones de las maquinas, ya que previamente se habian realizado unas pequeñas zanjas para conocer la potencia de la cimentación del Santuario, apreciándose que esta era muy somera en algunos casos y casi inexistente en otros, se colocaron unos testigos de yeso en algunas de las antiguas grietas de sus paredes. De momento esos testigos siguen intactos.
La puesta en funcionamiento se ha llevado a cabo estableciendo un conjunto de pasarelas metálicas por encima del yacimiento. Inclusive, en la parte central hay una suerte de atalaya que permite ver, de manera global, el yacimiento desde un punto de vista privilegiado.
Se puede visitar miércoles y jueves de 12.00 a 14.00 horas, con visita guiada a las 12.00 horas desde el yacimiento (horario especial para colegios, institutos, universidades, etc. y para particulares) y sábados, domingos y festivos de 10.00 a 11.45 horas con una pequeña visita guiada.
Hora comienzo de la visita guiada: 12.00 horas desde la entrada al Yacimiento. Km 5 de la Carretera CR-P-5225, Granátula a la Ermita de la Virgen de Oreto Zuqueca/Ruinas Visigodas.
Tarifas: Entrada General: 2.5 Euros; Reducida: 1.5 Euros; Niños gratis.
Teléfono de reservas: 926 868 131/926 868 003/636 81 7099 (disponible WhatApp)
Teléfono oficina de turismo de Granátula: 926 86 81 31
Email: turismodegranatula@hotmail.es
Recorrido de 5 kilómetros por camino asfaltado.
Partiendo desde Granátula de Calatrava por su calle principal que atraviesa la población (C/ del Santo, antigua carretera Almagro-Calzada) por la Avda. de Nuestra Señora de Zuqueca. Cinco Km. de camino asfaltado lleva a Oreto-Zuqueca.
Fuentes: