Tipo de Monumento: Castillo
Periodo: Siglo XIII
Dirección: Villamanrique (Ciudad Real)
Visitable: Si, visitas guiadas
Tipo de Monumento: Castillo
Periodo: Siglo XIII
Dirección: Villamanrique (Ciudad Real)
Visitable: Si, visitas guiadas
El castillo de Montizón, fortaleza soberbia de época medieval, de muy fuertes y gruesos muros, situado en el sureste de la provincia de Ciudad Real, en la plataforma de enlace de la Meseta Sur de la Península Ibérica y las primeras estribaciones de Sierra Morena, en el Campo de Montiel, a la entrada de El Puerto de San Esteban, forma un triángulo con Torre de Juan Abad y Villamanrique, ocupando el vértice sur. El castillo, el mejor conservado del Campo de Montiel se encuentra en el término municipal de Villamanrique, a unos 9 kilómetros de distancia de esta población.
El castillo de Montizón está construido sobre una no muy elevada formación rocosa del terreno, en el margen derecho del río Guadalén, en una hoz que tal río forma en el lugar. Para construirlo aprovecharon un corte vertical que la masa rocosa del cerro en donde está emplazado tiene sobre las aguas mismas del río, que le sirve de gran foso natural en su lado Este, justo debajo de la Torre del Homenaje. Al sur del castillo y a escasos metros de su primera muralla, correspondiente ésta a la zona sur de la albacara y en donde se ubicaba la entrada principal de la fortaleza, los arroyos Rambla y Arenoso desembocan en el citado río de Guadalén.
A una altura de 780 metros sobre el nivel del mar, en conjunto destaca poco del entorno que lo rodea. Salvo la de la roca en la que está erigido el castillo, no hay en los alrededores elevaciones que sobresalgan y las existentes son de suaves ondulaciones.
El Castillo de Montizón controlaba uno de los caminos que desde Montiel llevaban hasta Jaén y por aquí transcurría la Vía Hercúlea o Augusta, que desde Cádiz conducía hasta la tarraconense y hasta Roma.
Al norte del castillo, a unos 6 Km. de distancia están los restos de Eznavexore, el castillo más antiguo de todo el Campo de Montiel, fortaleza que fue según que tiempos y circunstancias, tanto mora como cristiana. Al noroeste, a 4 o 5 Km., la torre de la Higuera. Las tres edificaciones forman un triángulo.
Fue declarado Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional, según Real Decreto 823/1983, de fecha 23 de febrero, publicado en el BOE nº 92, del 18 de abril del mismo año.
El Castillo de Montizón probablemente fue reconstruido o levantado de nueva planta sobre restos de un castillo anterior entre los años 1240-1275, por el portugués Don Pelayo Pérez Correa, maestre de la Orden de Caballería de Santiago.
Una Bula del Papa Honorio III del año 1223 confirma la propiedad de este castillo a la citada Orden de Caballería, por lo que se deduce que Pelayo lo reconstruyó sobre restos de un castillo precedente.
Entre los años 1212 y 1213, Alfonso VIII había conquistado o reconquistado el territorio comprendido entre las Navas de Tolosa y Alcaraz, en mitad del cual se localiza el Castillo de Montizón; por lo que en ningún momento a partir de los años 1212-1213 estuvo en manos de los musulmanes. Es probable que sí existiese en el lugar una vieja fortaleza musulmana, puesto que en el año 913, los cordobeses ocuparon el castillo después de someter la zona, según dicen BEN ADHARI y el arabista holandés de origen francés, Dozy. Éste afirma que tras este hecho los cordobeses tomaron sin resistencia Mentesa, de lo que puede deducirse que los cordobeses ocuparon la zona y el propio castillo.
Es muy posible que la reconstrucción del castillo o el levantamiento de nueva planta por el citado Pelayo Pérez Correa, fuese debida a que una vez reconquistada la región a los musulmanes por el rey Alfonso VIII surgiese la necesidad de disponer de algunas fortalezas en la zona de frontera cristiano-musulmana, para evitar nuevas invasiones moras. Por esas fechas y seguramente por motivos idénticos, la Orden de Calatrava construyó sobre los pasos desde sus territorios hacia Andalucía, su fuerte castillo de Calatrava la Nueva. De este modo, entre las dos Órdenes establecían una barrera ante cualquier peligrosa reacción musulmana.
Fue el Castillo asunto de peleas civiles durante los siglos XIV y XV entre las familias del Condestable Lucas de Iranzo y la de los Manrique.
En el año 1458 muere Garcilaso de la Vega (tío-abuelo del escritor y poeta del mismo nombre) siendo Comendador de Montizón. El rey Enrique IV le entrega la encomienda a un medio hermano de Lucas de Iranzo, un tal Diego Cerezo, en lugar de hacerlo a alguno de los parientes del fallecido. Fue un nombramiento seguramente inoportuno, lo que provocó que los Manrique considerasen oportuno el posesionarse con la Encomienda de Montizón. Debido a esto, en el año 1464, Pedro Manrique y sus parientes los Benavides llevaron a cabo un largo asedio del Castillo, construyendo durante el mismo una fortificación cercana, de la cual aún quedan algunos restos, aun casi imperceptibles en el Cerro del Árbol Ahorcado.
Las tropas de Pedro Manrique y de los Benavides tuvieron que levantar el asedio y retirarse ante la llegada de tropas en auxilio de los sitiados.
En el año 1466 se produce un nuevo asedio, con los mismos protagonistas y con los mismos resultados finales anteriores. En un tercer asedio, en 1467, la fortaleza se rinde y es en esa fecha cuando Jorge Manrique, buen capitán y excelente y famoso poeta, seguramente uno de los mejores de toda la historia literaria de España, es nombrado Comendador de Montizón, quien de inmediato inicia obras de reforma y consolidación del castillo. Aquí vivió con su esposa Doña Guiomar.
Cuando en la primavera del año 1479 muere Jorge Manrique, en la Encomienda surgen graves problemas entre Luís Manrique , hijo y heredero del poeta y el maestre Alonso de Cárdenas, por la disputa de las rentas de la Encomienda de Montizón y las de la Torre de Juan Abad, llegando a intervenir el papa Sixto IV para acabar el enfrentamiento entre ambos, dándole finalmente la razón a Luís, después de muchos y complicados avatares jurídicos.
En el siglo XVII El Castillo de Montizón dejó de tener funcionalidad y debido a esto entró en un claro periodo de decadencia y deterioro.
En el año 1855 con las leyes desamortizadoras (ley Madoz), el castillo y las tierras circundantes fueron vendidos en pública subasta y su comprador, don Antonio de Lara y Villada, Marqués de Villamedina, hizo en él diversas reformas y modificaciones, tratando de convertirlo en palacio y casa de labor, desfigurando aún más su primitivo estado.
Posteriormente han sido otros los propietarios de este Castillo, hasta llegar a los actuales, la conocida familia de Don Samuel Flores Romano.
Se trata de una construcción defensiva. A lo largo de su historia se han llevado a cabo en ella sucesivas modificaciones o alteraciones, hasta el extremo de que en la actualidad es prácticamente imposible saber como era este castillo en los momentos primeros de su levantamiento.
El castillo de Montizón es una de las grandes fortalezas construidas por las Ordenes Militares de Caballería. Fue cabecera de la Encomienda que lleva su nombre (Montizón), de la Orden de Santiago.
Castillo imposible de tomar al asalto. Sólo fácil de tomar con prolongados y complicados asedios o por medio de artillería, o por traición de quien o quienes estuviesen en su interior. Sus cimientos, imposible de minarlos, ya que el edificio se levanta sobre roca viva prácticamente imposible de taladrar.
Existen cuatro recintos sucesivos:
Cercado o muralla de las albacaras (recinto murado en la parte exterior de una fortaleza con la entrada en la plaza y salida al campo y en el cual se solía guardar ganado vacuno y ovino). Se encuentra al Norte y Sur y ligeramente al Sureste y Suroeste.
Segundo cerramiento, que en la zona de albacaras sería segunda muralla y primera en las zonas exentas de tales albacaras. Por la albacara Sur sube una rampa, bastante ancha, siguiendo dirección Oeste- Este; rampa que empieza en lo que fue puerta Oeste con puente levadizo (la única en la actualidad por la que se puede entrar a todo el conjunto amurallado) y que a mitad de su recorrido hace un giro de 360º para seguir ascendiendo hasta llegar a la puerta que da acceso al propio castillo.
El tercer recinto de murallas es el del propio castillo.
Un cuarto cerramiento sería la gran Torre del Homenaje, monumental, consistente, de gruesas y fuertes paredes. La Torre del Homenaje no tiene delante, exteriormente ninguna edificación amurallada, se basta por sí sola al estar levantada, sobre una peña tajada, tan alta y vertical, encima mismo del hondo lecho del río Guadalén.
Las dependencias más importantes son:
-La puebla o albacara.
Ocupa la parte Sur y ligeramente el Sureste y Suroeste, con puerta principal de entrada en el ángulo Sureste de su muralla, defendida por dos torres, una a cada lado de la misma.
Hay adosadas en el lado izquierdo diversas edificaciones en ruinas, a excepción de la casa-vivienda del guarda actual de la finca circundante al castillo.
La puerta oeste de la fortaleza es la única utilizable en la actualidad.
Este muro es de mampostería por hiladas, bastante homogéneo y muy parecido al sillarejo. Su altura por la parte exterior varía según el nivel del suelo, en una escala de 1 a 3 metros, la altura por la parte exterior es de unos 8 metros, dependiendo asimismo del nivel del terreno.
-Torre del Homenaje.
Esta torre por sí sola es un verdadero castillo. Levantada sobre roca viva y verticalmente sobre el río Guadalén. Tal roca fue trabajad en determinados sitios para darle más verticalidad, aprovechando la roca obtenida como material de construcción en distintos lugares de la fortaleza.
Planta baja y dos alturas más; la última sin techumbre. Después de las reformas y modificaciones realizadas en ella a través de los tiempos, actualmente es imposible conocer la distribución de sus dependencias primigenias. Sin almenas, que le fueron quitadas. Su frente más largo es el que da al Patio de Armas, con 28 metros de longitud. La parte contraria, con dos fachadas y el saliente redondo con ventanas que las separa, es muy difícil y peligroso de medir, dado que es construcción muy elevada levantada sobre la roca vertical y el río, pero, en todo caso, tienen una longitud notablemente mayor que el frente que da al Patio de Armas.
La superficie aproximada de terreno total que ocupa la torre del Homenaje supera los 500 metros cuadrados. Todos sus frentes son rectos, salvo el saliente redondo antes dicho y todos los ángulos tienen forma redondeada.
Torre de mampostería por hiladas, las almenas fueron de ladrillo.
En la fachada que da al patio de armas está localizada la puerta que da acceso a la torre, de sobre un metro de ancha. Entre sus jambas y su arco apuntado, suman catorce bloques de piedra, diez de gran tamaño y dos algo menores, y alrededor de todos éstos otros grandes sillares formando la portada.
El saliente redondo con tres ventanas, correspondientes, una a la planta más baja de la torre y las otras dos, respectivamente, a las plantas primera y segunda.
-El patio.
De estructura muy irregular, con tres niveles de altura. El nivel inferior corresponde a la parte Norte; es aquí donde está la iglesia, el aljibe, la despensa, subida al adarve y algunas dependencias de vivienda y servicio hoy desaparecidas.
La zona central de este patio es la de nivel intermedio. La de mayor altura es en la que se levanta la Torre del Homenaje. Antiguamente en este nivel más alto y cerca de la Torre existió un puente levadizo, que servía como última defensa para impedir el acceso a la torre.
-Otras dependencias.
Con fachadas al patio hay edificios para diferentes usos. Los que fueron iglesia y despensa son los más estropeados. Desde la entrada principal (Puerta de Hierro) hasta la Torre del Homenaje hay, adosados a la muralla Sur un primer edificio de 22,50 m de longitud y 6 m de ancho, hoy casa de labor y almacenes para granos y aperos de labranza. A continuación de ese primer edificio hay otro más pequeño, de 10 m de largo por 4,5 m de ancho, dedicado a corrales. Este conjunto son las edificaciones que se describen en las Relaciones Topográficas de Felipe II.
El aljibe grande tiene una altura de 7 metros y es de forma rectangular, con bóveda reforzada por dos arcos, actualmente se entra a él por el boquete abierto en su base para meter ganado.
Sobre el aljibe está la cámara abovedada, dividida en dos por un tabique, que era la iglesia mencionada en dichas Relaciones; la parte que se encuentra exactamente encima del aljibe tiene dos huecos en el suelo, en los que estaban los dos brocales (antepechos alrededor de la boca de un pozo para evitar el peligro de caer en él) hoy desparecidos. La parte contigua era la de la iglesia y justo debajo de ésta hay una habitación de considerable tamaño que debió ser la despensa. Esta despensa tiene un ventanuco que da al interior del aljibe, más o menos en la mitad de su altura, que debió ser abierto cuando este aljibe dejó de utilizarse.
Todo de mampostería por hiladas, externamente, y de cal y canto su núcleo interno, quedando restos del enlucido, no en la despensa ya que se destina a cobijo par el ganado actualmente. El aljibe no tiene comunicación con el castillo en sí y la creencia generalizada de que fue mazmorra es falsa. Sobre estas edificaciones hubo un palomar.
Las caballerizas adosadas por la parte interior de la muralla Noreste del castillo, a la izquierda del patio, según se entra por la Puerta del Hierro, están totalmente arrasadas, sin quedar de ellas ni la más mínima referencia. En el siglo XVI tenían 30 pesebres. De las dependencias situadas encima de las caballerizas nada queda. Tampoco quedan vestigios del horno para el pan.
Tanto en el interior del patio como dispersas por distintos lugares de la fortaleza hay varias tinajas abandonadas, de considerable tamaño y en buen uso.
Todos los amurallamientos sí que están en buenas condiciones de conservación, salvo los que hubiesen tenido de cerramiento la posible albacara de la parte Norte y la de la parte Sur.
Las construcciones internas del castillo fueron a lo largo del tiempo modificadas y adaptadas para funciones agrícolas y ganaderas.
Las que fueran despensa e iglesia están muy estropeadas y dañadas, mientras que las caballerizas y otras edificaciones están totalmente destruidas.
En la Torre del Homenaje la destrucción no ha avanzado tanto debido en parte al grosor de sus muros y la fortaleza de sus techos.
La escalera que sube a los tres pisos que la torre tiene fue restaurada en el año 1984, al mismo tiempo que se llevaron a cabo otras restauraciones parciales, para lo cual se cambiaron de lugar baldosas que ahora es imposible determinar exactamente en donde estuvieron colocadas en tiempos anteriores. Actualmente no queda ni una sola almena en toda la fortaleza.
El aljibe existente se ha utilizado desde mediados del siglo XX para guardar ganado ovino y la escalera situada junto a lo que fue despensa, que permite la subida al adarve está en muy malas condiciones desuso.
Hoy a pesar de los pocos cuidados se sigue manteniendo en pie como la fortaleza medieval mejor conservada del Campo de Montiel.
LA COMISIÓN PROVINCIAL DE PATRIMONIO HISTÓRICO, en la reunión celebrada el día 14 de enero de 2005, en el apartado de OTROS TEMAS se tomó, entre otros asuntos, el siguiente acuerdo de establecer y quedar fijada la determinación de un régimen de visitas públicas al Castillo de Montizón, declarado Bien de Interés Cultural.
El horario de visitas queda establecido de la forma que sigue:
-Los meses abril y mayo, un día por semana; será éste los sábados de 9 a 14 horas.
-Los meses julio y agosto, tres días por semana; serán los jueves, viernes y sábados de 9 a 14 horas.
-Para el resto de los meses: enero, febrero, marzo, junio, octubre - diciembre, las visitas se realizarán y quedan fijadas en 8 días por cada mes: viernes y sábados; en horario de 9 a 14 horas durante todo el año.
-Y durante el mes de septiembre quedan prohibidas todas las visitas.
La realidad al ser un castillo situado en una finca particular donde pasta ganado vacuno, el horario con guía es: septiembre se encuentra cerrado al público, el resto de meses solo es visitable los sábados en horario de 9 a 14 horas.
Recorrido de 8, 5 kilómetros por camino en no muy mal estado.
Partiendo desde Villamanrique, entrando desde la carretera de Torre de Juan Abad, justo a la entrada de la población se toma una calle empinada a la derecha llamada de Jorge Manrique y tomando la primera a la derecha denominada calle de las Cuevas, parte un camino de gravilla que desciende hasta el río, se avanza entre campos de cereal. En el camino se encuentran dos vallas, para impedir que salgan los animales (si las abres, ciérralas). En lo alto de un cerro, justo en la segunda valla se gira por el camino de la izquierda (sin señalizar, por intuición ya que se ve el castillo), hasta el castillo.
Fuentes: