Torre de Galiana. Ciudad Real (Ciudad Real)

Tipo de Monumento: Torreón, fortificación

Periodo: Siglo XII

Dirección: Ciudad Real (Ciudad Real)

Visitable: Si (Exteriormente)

Localización

El antiguo Prado de Galiana se encuentra en la llamada finca de Galiana, a unos 11 kilómetros de Ciudad Real, donde conserva su torre en buen estado de conservación aunque restaurada. Data del Siglo XII y reformada en el siglo XIV.

Se puede llegar a ella por la carretera N-430 saliendo de Ciudad Real en dirección a Piedrabuena. Tras pasar el puente de Alarcos, nace una carretera a la derecha de la nacional, que lleva a la finca donde se encuentra la torre.

Se trata de una torre del siglo XII a la que se adosó una casa solariega construida, presumiblemente, entre los siglos XVIII-XIX. Es de planta rectangular de 16 x 8 metros, aproximadamente, y se divide en tres plantas. A la planta baja se accede desde el exterior por una puerta con arco de medio punto, sobre la que se encuentra el escudo de armas de la casa Treviño.

Constituía una aldea que conservó su escaso vecindario hasta la invasión francesa. Colonia agrícola con dos casas y 18 habitantes. Ya en tiempos de los Reyes Católicos se pleiteaba sobre la legalidad del adehesamiento de Galiana, efectuado con permiso de Juan II.

Bañada por el río Guadiana, era un lugar de pastos altos.

En la actualidad se utiliza como albergue gestionado por la Fundación General de la UCLM. (Casa Rural Dehesa Galiana)

Según Inocente Hervás y Buendía: GALIANA.- Aldea que conservó su escaso vecindario hasta la invasión francesa. Colonia agrícola con dos casas y 18 habitantes.

Origen histórico

La zona fue escenario de las luchas fronterizas entre cristianos y mulsumanes desde finales del siglo XI hasta principios del XIII, con la victoria de Alfonso VIII en las Navas de Tolosa en 1212. Destaca dentro de la finca la torre fuerte o Torreón adosada a una casa rural, que fue construida al amparo de las edificaciones estratégicas levantadas en el Campo de Calatrava, sobre el vado del Guadiana. Aunque no hay datos sobre la construcción de la torre, todo parece apuntar que es anterior a la segunda mitad del siglo XII y fue realizada por los almorávides, siendo parte de otra construcción mayor.

En el Quinientos eran clásicos los mayorazgos ciudarrealeños, gracias a las disposiciones de las Leyes de Toro, como eran los Galiana.

La Galiana permaneció en manos de los Treviño, y en las de los Maldonado desde 1755, hasta 1875, cuando fue confiscada por el gobierno de Alfonso XII, al negarse don José Joaquín Maldonado y Rosales a jurar la Constitución, pues era carlista e incluso había sido nombrado por Carlos VII, conde de Galiana. Fue vendida en subasta pública y adquiridos algunos terrenos y el molino por la familia Ayala, y la cada y el resto de la tierras por don Celestino Barreda. Tuvo como propietario a don Dimas Pardo y del espíritu industrial que aplicó a la Finca se hizo eco en toda la provincia.

Fue adehesado el llamado Prado de Galiana a Ciudad Real, según las Respuestas Generales del Catastro, se cerró en 1712. La ciudad obtuvo sentencia favorable de un juez de comisión del Consejo de Castilla en 1734, quien declaró dicho término común y baldío. Sin embargo, los titulares del mayorazgo apelaron, apelación no resuelta en la fecha de redacción del Catastro. La ciudad alegaba que se no había podido seguir los pleitos para defender sus derechos por falta de medios económicos. Quizá no fuera sólo la escasez de dinero de la hacienda municipal lo que impidiera el seguimiento de esos pleitos, sino la posición preeminente que en la sociedad ciudarrealeña y dentro del mismo ayuntamiento ocupaban los titulares de estas dehesas.

En el XVIII el famoso mayorazgo de Galiana, tras los inevitables pleitos, estaba en manos de una vecina de Málaga. No resulta extraño, por tanto, que en 1751 la nobleza foránea tuviera casi cinco mil hectáreas en término de Ciudad Real, más del 17 por 100.

Tras la guerra civil la finca sería comprada por don Silverio Fernández Oviés y la Excelentísima Diputación Provincial de Ciudad Real la adquiriría el día 3 de junio de 1975 dándoles como usos la experimentación agrícola y ganadera. Sería ya a finales del pasado siglo, un 20 de diciembre del año 2000, cuando la institución provincial la cediese gratuitamente en uso a la Universidad de Castilla – La Mancha, con fines docentes y de investigación. Es innegable la contribución realizada a la excelenecia académica, profesional y técnica del profesorado y alumnado universitarios de Castilla – La Mancha, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (I.R.E.C.) y de escuelas universitarias como la de Ingeniería Técnica Agrícola. Se encuentra entre sus logros más reconocidos la promoción de la oveja manchega o de los vinos con Denominación de Origen de Castilla – La Mancha.

Características

En el conjunto de la finca Galiana sobresale la llamada torre fuerte. Su planta rectangular, de 16,30 por 8,15 metros, consta de tres plantas y está construida con mampostería y cadenas de sillares en los ángulos. Este torreón que forma ángulo en el bloque y aparece adosado a este, está construido en piedra en sillares, sillarejos y mampostería, rematadas con almenas. Consta de tres plantas: baja, principal y alta.

El frente de la torre es lo más significativo, teniendo en su primer nivel una puerta con un gran dovelaje formado por vistosos sillares, al igual que el arco de medio punto que la remata; sin duda practicada en época posterior a la del origen de la torre. Y sobre la clave del arco hay un escudo o piedra armera que pertenece a la noble familia Treviño, propietaria durante siglos de la dehesa. Sobre la puerta hay una saetera simple y vertical que se ensancha hacia el interior. A la mitad del cuerpo de la torre aparece una pequeña ventana de doble arco y una columna en el centro, al igual que la existente en la parte superior del edificio; pero mientras los arcos del primer vano son de medio punto, los del segundo son de arcos túmidos.

En el frente norte de la torre sólo aparece un vano en la mitad del muro; es una vistosa ventana de reducidas dimensiones con jambas y arco de medio punto de ladrillo rojo visto. Sobre ella, aparece dos canes de los tres que había, que sustentaron en la antigüedad un matacán u otro elemento defensivo hoy desaparecido. De los frentes sur y oeste nada hay que decir al no presentar ningún elemento arquitectónico reseñable.

Si pasamos al interior por la puerta que hay en el frente de la torre, nos encontramos una habitación cuadrada que tiene por techumbre un tosco armazón de madera, en sus muros o paramentos interiores (sur y oeste), se aprecian arcos de medio punto con jambas o dovelaje de ladrillo, actualmente cegados. En el paramento oeste hay una hornacina con la imagen de San Isidro, ya que esta planta baja estuvo destinada a capilla durante una larga época.

Al interior de la torre fuerte se accede por la planta principal, mediante una única puerta abierta en el muro oeste del edificio que da acceso a una habitación llamada “Salón del Moro” que es cuadrada luciendo un bello techo de alfarje. En el lugar donde se encuentra la ventana o mirador, hay adosados a la pared dos poyos o bancos de piedra, constituyendo con los vanos geminados del exterior un ajimez. En el frente del muro norte hay un vano en forma de saetera vertical.

El acceso a la habitación de la planta alta, se realiza mediante la misma escalera interior que facilita la entrada a la planta principal. La sala es casi cuadrada apareciendo un mirador de idénticas características al de la sala principal, comunicando al exterior con uno de los vanos geminados de arcos túmidos. A la techumbre de la torre se accede a través de una estrecha escalera de piedra, que se encuentra adosada a la pared del muro sur, siendo la terraza defensiva.

La casa solariega, que sigue el modelos de las edificaciones rurales al uso, debió ser construida entre los siglos XVIII Y XIX. Consta de zona residencial a lo largo de la crujía adosada al torreón y fachada principal articulada por ocho vanos distribuidos simétricamente en las dos alturas. Su elegancia se ve realzada por su orientación hacia el este, su encalado, las rejas de forja decimonónicas y la cercanía de la torre rompe con la horizontalidad de la crujía. Se accede al interior por medio de un zaguán que da a las galerías cubiertas que se abren al patio central. Dependencias destinadas a la labranza y el mantenimiento venían a completar la ordenación del edificio.

Estado actual del torreón

Reconstruido entre los siglos XVIII Y XIX.

Horario de visita

Es visitable exteriormente.

Como llegar

Aproximádamente en el Km. 294,400 de la N-430 desde Ciudad Real a Piedrabuena. Una vez pasado el cruce de Valverde, tomar el camino de la derecha derante unos 400 metros.

Las imágenes

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Fuentes: