Alonso de Ávila, Ciudad Real, c. 1486 – México, 1542. Conquistador.
Conquistador de la Nueva España, Alonso de Ávila parece ser que llegó con Pedrarias Dávila al continente americano, estableciéndose por un tiempo en Cuba, donde fue uno de los principales colonos.
Tomó parte en algunos de los acontecimientos más importantes del Imperio Mexicano, tales como las expediciones de Grijalva y Hernán Cortés, el cual le nombró contador y en calidad de tal evaluó el enorme tesoro de Moctezuma.
En Tabasco decidió el triunfo en la primera batalla de la conquista de Nueva España; participó en el arresto de Moctezuma, en la derrota de Narváez, en la retirada de la Noche Triste (en Tenochtitlan, durante la celebración de una fiesta indígena que acabó con una sangrienta matanza iniciada por los españoles de Hernán Cortés y rematada por una virulenta reacción de los mexicanos) y en la batalla de Otumba (año 1521, en la que Cortés y su maltrecho ejército consiguen rehacerse para iniciar la conquista definitiva de Tenochtitlan).
Al rehacer sus fuerzas, Hernán Cortés lo envió a La Española para que se ocupase de hacer negocios, por lo que no tomó parte en la conquista de Tenochtitlan, consiguiendo para aquél jurisdicción de independencia y permiso para conquistar toda Nueva España y, aunque lo recompensó con una buena fortuna, Cortés lo envió de nuevo a España con el botín de la conquista y cartas para Carlos I.
Pero todo aquello cayó en manos de un corsario francés y Ávila estuvo preso durante dos años.
En 1527 volvió a América con su íntimo amigo Montejo con la intención de conquistar la península del Yucatán. Se abrió paso por la selva, luchando contra el calor, la exuberancia tropical, las ciénagas y la falta de agua. Una de las expediciones la llevó a cabo desde la colonia de Salamanca en la costa oriental de Chetumal, donde los indios le engañaron diciéndole que Montejo había muerto.
Ávila regresó entonces al punto de partida y se trasladó de Salamanca a las cercanías de Cozumel, donde se reunió con Montejo.
Desde Tabasco emprendieron otra dura travesía por Chiapa y Acalán, cruzando las selvas; se dirigieron a Champotón, en la costa, donde fueron bien recibidos por los mayas, efectuándose muchas conversiones.
Montejo decidió establecerse de nuevo en Chetumal, mientras su compañero de lucha efectuaba otra travesía por toda la península desde Campeche, luchando de nuevo contra la selva y los indios (1531), aunque finalmente la heroica marcha resultó inútil.
En Chetumal, Alonso de Ávila fundó Villareal, pero no hallando a Montejo y falto de todo, tuvo que trasladarse en canoa a Trujillo (Honduras) y en 1533 a Campeche.
Desalentado, acompañó a Montejo a México en busca de refuerzos, pero no quiso volver a Yucatán.
Años después, Ávila se alistó en la expedición organizada por el virrey Mendoza contra Nueva Galicia, donde pereció en el año 1542.
Tenía una encomienda que cedió a su hermano Gil González de Benavides, pero como éste no había sido conquistador, se le puso un pleito que influyó en el descontento de su familia. El resultado fue que los hijos de Gil González, Alonso y Gil González de Ávila, participaron en la conjura contra Martín Cortés, el hijo del famoso conquistador, siendo las primeras víctimas de la represalia llevada a cabo por la Audiencia que gobernaba a la muerte del virrey Velasco. Fueron ejecutados en 1566.
Autora: Patricia Areal Torres-Murciano