Rafael Torija de la Fuente, Noez (Toledo), 18-03-1927 – Ciudad Real, 02-03-2019. Obispo de Ciudad Real.
Nació en Noez (Toledo) el día 18 de marzo de 1927, a las 8 de la tarde, siendo bautizado en la Iglesia parroquial de San Julián, obispo y mártir, de Noez el 24 de marzo de 1927. Fueron sus padres Rufino Torija Revenga y Faustina de la Fuente y de la Fuente, naturales ambos de Noez. Inició los estudios eclesiásticos en el Seminario de Toledo, marchando después a Roma donde en la Pontificia Universidad Gregoriana obtuvo la Licenciatura en Teología y en Ciencias Sociales. Recibe la Ordenación Sacerdotal el día 7 de junio de 1952 en la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo. Fue nombrado párroco de Castilléjar (Granada), y rector de la parroquia de Riópar (Albacete), parroquias pertenecientes entonces a la diócesis de Toledo. En la ciudad de Toledo fue coadjutor de la parroquia de Santiago el Mayor, capellán de la Fábrica de Armas, consiliario de los Movimientos Obreros de Acción Católica y Vicario General de Pastoral, organizando como tal el Consejo Presbiteral de la diócesis. En el Seminario Conciliar fue profesor de Teología Pastoral.
El día 4 de noviembre de 1969 fue nombrado obispo titular de Ursona y auxiliar del obispo de Santander, José M.ª Cirarda Lachiondo, siendo consagrado en la catedral de Toledo, el día 14 de diciembre de 1969, por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Toledo, asistido por Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, y por José María Cirarda Lachiondo, obispo de Santander. En 1972 fue nombrado obispo Delegado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y obispo Consiliario de la Acción Católica Española. El 30 de septiembre de 1976 se le concedía la titularidad de la Iglesia de Dora. El día 11 de octubre de 1976 fue nombrado prelado de Ciudad Real, tomando posesión el día 6 de noviembre de 1976 en una solemne celebración en la catedral de Ciudad Real.
El 4 de febrero de 1980, al elevar a diócesis la Prelatura Cluniacense, fue desvinculado de la Iglesia titular de Dora y nombrado obispo residencial de Ciudad Real, el décimo en el orden de sus obispos, conservando el título de prior de las Órdenes Militares, unido en adelante al obispo de Ciudad Real.
Su talante de pastor va quedando marcado por su espíritu evangelizador y misionero, mostrando que la Iglesia es evangelizadora por naturaleza y que esta tarea debe ser asumida por todos: obispo, sacerdotes, vida consagrada y laicos; por la dedicación y atención personal al clero, surgiendo de ella la remodelación y adaptación del Seminario Diocesano y la creación del Fondo de Sustentación del Clero; por el impulso del laicado, haciéndole consciente de la importancia de su vocación y misión en la Iglesia; y por el sentido eclesial del quehacer pastoral concretado en el Reordenamiento Pastoral Diocesano del que han participado los evangelizadores y los organismos diocesanos: curia, consejos, arciprestazgos, parroquias.
El 20 de marzo de 2003, el papa Juan Pablo II aceptó su renuncia a la diócesis, por motivos de edad, pasando a la condición de obispo emérito de Ciudad Real.
Autor: Ángel Fernández Collado