Sebatián Rebollar Muñoz, Fontihoyuelo (Valladolid), 1852 – Ciudad Real, 28-01-1907. Arquitecto.
Sebastian Rebollar y Muñoz nació en 1852 en Fuentihoyuelo (Valladolid). Fue arquitecto municipal de Ciudad Real desde 1886 a 1902. El 18 de enero de 1886 es nombrado arquitecto municipal honorario e interino con una asignación de 1.250 pesetas para gastos de escritorio y dibujo. Desde diciembre de 1903 fue arquitecto provincial en sustitución de Florián Calvo, cargo que ocupó hasta su muerte en 1907. Falleció en Ciudad Real el 28 de enero de 1907 a los 54 años después de 20 años de ejercicio profesional.
La huella de su obra en Ciudad Real
El Diario de la Mancha decía de él tras su muerte: “hombre que en vida fue un perfectísimo caballero, dotado además de gran inteligencia, de humanitarios sentimientos, con mano pródiga para enjugar lágrimas y aliviar penas”. Un arquitecto que, en sus veinte años de ejercicio profesional, ha dejado una huella importante en la provincia de Ciudad Real con numerosas y significativas obras.
A lo largo de su trayectoria profesional se van haciendo presentes ideas personales, planteamientos de su concepción de la arquitectura y una respuesta proyectual diferente según los encargos y el contenido de estos. Proyectos que tienen su repercusión en la ciudad, que dan respuesta a sus demandas funcionales y a su ubicación en los diferentes municipios, especialmente Ciudad Real. Y ello desde propuestas personales en las que se mezcla un cierto academicismo con las nuevas concepciones de principios del siglo XX.
En un espacio singular de la ciudad, cerca de los jardines del Prado, Rebollar va a construir los primeros proyectos que desarrolla en Ciudad Real: el Casino y la Academia General de Enseñanza. La solución propuesta por Rebollar tiene un ingrediente urbano esencial. El edificio con su carácter lúdico a la vez que representativo de una cierta clase social se abre hacia los jardines del Prado en un diálogo interior exterior que se desarrolla desde el Salón de Tertulias con sus dos accesos laterales y la gran terraza exterior que permite el contacto con la zona abierta del Prado, las celebraciones y la vista de actividades sociales diversas.
La Academia General de Enseñanza de Ciudad Real, fue creada en 1895 por Miguel Pérez Molina, alcalde de esta ciudad entre 1912 y 1913. El Real Distrito Universitario declaró el 17 de marzo de 1903 que este centro reunía todas las condiciones marcadas por el Real Decreto de Instrucción Primaria y por tanto se oficializa como centro educativo. La Academia se encontraba ubicada en el solar donde hoy se sitúa el Museo Provincial.
1889-1893. La diputación provincial
Las diputaciones surgieron con la división territorial en provincias que propusieron las Cortes de Cádiz en 1812. Años después, en 1835 se constituyó la de Ciudad Real, sin tener sede propia en ese momento. En 1889 se encargó al arquitecto Sebastián Rebollar el proyecto de edificio para la institución y la obra se terminará cuatro años después en 1893. Un proyecto que debía ser un símbolo de la nueva institución surgida años atrás.
El edificio es un encargo institucional de importancia. “Uno de los edificios más importantes de la provincia es indudablemente el Palacio Provincial y se comprende que así sea toda vez que las Diputaciones Provinciales son las encargadas del establecimiento y conservación de todos los servicios de la provincia, del fomento de sus intereses materiales y morales. Para que estos diversos y múltiples servicios puedan llevarse a cabo con la debida perfección, necesario es en primer lugar, que el edificio destinado a Palacio Provincial llene ciertos requisitos y ofrezca una disposición en armonía con las necesidades que está llamado a ofrecer decía la Memoria del proyecto.
La organización del edificio tiene componentes funcionales prácticos y una importante carga representativa. Constructivamente hay un uso de materiales modernos como el ladrillo aplantillado, el vidrio y sobre todo el cemento y el hierro con las columnas de fundición interiores. Un edificio con una triple fachada con lecturas diferentes. La entrada principal se resuelve en un frente de un edificio simétrico en su composición general que tiene en el eje de acceso el punto singular principal con la gran escalinata de entrada rematada por cúpula superior. Las tres fachadas tienen elementos comunes en el uso de los materiales, el ladrillo y la piedra caliza de Novelda, pero utilizan lenguajes diferenciados.
La creación de un espacio urbano
Si la arquitectura de Rebollar se define con la consideración de su ubicación urbana como elemento esencial, en la plaza del Pilar, sus construcciones, no sólo tienen en cuenta el espacio urbano, sino que lo definen y configuran. Los tres edificios que proyecta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX van a conformar la realidad urbana de este espacio de la ciudad. El palacete de Barrenengoa, el Banco de España y el Círculo de la Unión.
Tres proyectos separados entre sí 12 años que son una buena muestra del eclecticismo presente en la obra de Rebollar. Tres encargos del poder económico local, del Banco de España y de la sociedad civil del momento. Y respuestas que se unen por el uso de materiales similares: la piedra caliza y el ladrillo visto aplantillado.
Equipamientos y restauraciones
Como arquitecto provincial, Rebollar debe realizar diferentes proyectos en municipios de la provincia. En 1895 realiza el proyecto de Ayuntamiento de Villahermosa. En 1900 Rebollar realiza un proyecto para el ayuntamiento de Tomelloso con la denominación de Proyecto de casas consistoriales del Tomelloso que finalmente no se ejecutará.
Rebollar firma algunos documentos con el siguiente encabezamiento: “Sebastián Rebollar y Muñoz arquitecto de la Real Academia de San Fernando y provincial de Ciudad Real”. Una condición de académico que unida a la de arquitecto diocesano le hace intervenir en diferentes proyectos de restauración. Proyecto como el del chapitel de la Iglesia de Valdepeñas, la conflictiva restauración de la Catedral de Ciudad Real o la ampliación del Convento de las Concepcionistas.
Rebollar dejaba en sus 20 años de actividad como arquitecto en Ciudad Real una obra especialmente representativa. Un conjunto de trabajos que habían contribuido a cualificar la ciudad e incluso a definir algunos de sus espacios urbanos más representativos. Todo ello desde una visión que asume el eclecticismo de un momento singular a finales del siglo XIX y principios del XX, con aportaciones personales cualificadas, con la incorporación de nuevos materiales y técnicas constructivas. Muchas de estas obras han desaparecido, pero permanecen construcciones singulares que, en Ciudad Real, son referentes urbanos: el Casino, el Banco de España y la Diputación Provincial. Edificios que son excelentes ejemplos de la actividad de uno de los arquitectos más representativos, en el final del siglo XIX y principios del XX, de la historia de la arquitectura en nuestra provincia.
Fuente: Lanza Digital